Desde Brasil, dos ejemplos de política para la ciudad y los ciudadanos (II)

Por Santi
Aquí el segundo caso.
EL PRESUPUESTO PARTICIPATIVO DE PORTO ALEGRE
En 1989, Brasil empezaba a consolidar sus instituciones democráticas. En varias ciudades, los indicadores sociales eran muy desfavorables y las autoridades estaban en contra de la participación popular. En la administración municipal existía la propensión al clientelismo y la tecnocracia, con una absoluta falta de transparencia en la asignación de los recursos públicos y una situación crónica de profunda crisis financiera en todos los niveles del gobierno. Cuando el partido de la Administración Popular asumió el gobierno municipal en Porto Alegre se encontró con la situación habitual de las ciudades brasileñas: unos fondos mínimos para las inversiones sociales y un bajo nivel de colaboración entre el gobierno local y la comunidad para solucionar los problemas urbanos. A la vista de esta situación se determinó como prioridad la necesidad de establecer una relación de transparencia y confianza con la comunidad, y una firme política de recuperación financiera mediante una importante reforma fiscal y el compromiso de que el destino del superávit será decidido por los propios ciudadanos. El presupuesto participativo se planteó así inicialmente tres objetivos básicos:
En primer lugar, descentralizar y distribuir las inversiones públicas, situando a las comunidades más necesitadas en el primer puesto de las prioridades municipales; en segundo lugar, institucionalizar un mecanismo de participación popular en la toma de decisiones referentes a la festión de los recursos públicos; y, finalmente, crear una cultura de la participación que contribuyera a superar las prácticas clientelistas existentes. A pesar de las dudas, esta práctica ha demostrado ser un buen instrumento para conseguir la racionalización de los impuestos, consiguiendo una administración fiscal más eficaz y un mayor rendimiento de las inversiones municipales. El Presupuesto Participativo, mediante la formación de comisiones ciudadanas de seguimiento, constituye así un nuevo mecanismo de inspección y ejecución de las obras y contribuye a hacer el proceso más transparente reduciendo la posibilidad de prácticas ilegales.
En sus aproximadamente 15 años de funcionamiento, el Presupuesto Participativo ha conseguido mejoras para la ciudad en su conjunto, favoreciendo especialmente a las comunidades más necesitadas. Los beneficios de la participación popular pueden dividirse en aspectos subjetivos y objetivos. Subjetivamente, se puede detectar un aumento de la autoestima de los ciudadanos más desfavorecidos, toda vez que empiezan a participar y en ocasiones percibir la importancia que tiene su aportación personal cuando se consigue algún logro en la comunidad en la que viven. Objetivamente, el Presupuesto Participativo ha contribuido decisivamente al saneamiento de las finanzas municipales, además de haber impulsado un reparto más justo de las infraestructuras urbanas y los servicios públicos. Además, en los últimos años, la experiencia del Presupuesto Participativo se ha convertido en una referencia para el resto de políticas públicas municipales,desde las ordenanzas de planeamiento -que se organizan según los sectores previamente establecidos por el Presupuesto-, hasta las políticas descentralizadoras que se han implementado en los capítulos de gestión social y cultural de la ciudad.
Igualmente, algunos gobiernos regionales de Brasil se han decidido también a implementarlo, caso de los estados de Mato Grosso y Rio Grande do Sul, el estado del cual Porto Alegre es la capital. Las primeras actuaciones se han dirigido a iniciar los procesos consultivos para permitir a la población definir las prioridades que deberán probablemente orientoras las prioridades de la administración. En Rio Grande do Sul, por ejemplo, el proceso ha contado con la participación directa de 190 000 ciudadanos que han tomado parte en más de 90 asambleas plenarias celebradas en todas las ciudades del estado. De la misma manera, el Presupuesto Participativo está sirviendo de referente para otras experiencias de democratización de la vida urbana no ya en Brasil o Latinoamérica, sino también en otros continentes inspirando inspirando además iniciativas por parte de los sectores públicos tendentes a la normalización de la participación ciudadana en el gobierno de lo urbano y lo público. De hecho, con variantes y bajo distintas modalidades, la experiencia del Presupuesto Participativo se está llevando a cabo en más de 70 ciudades de dimensión diversa en todo el mundo.
Son quizás menos conocidos los aspectos problemáticos de la experiencia. Entre ellos cabe destacar algunos como: el riesgo de generar un clientelismo de izquierda; las dificultades de replicabilidad (difucultad de repetición del experimento en otros contextos, en otros municipios?); el falso antagonismo entre democracia representativa y participativa (lo cual conlleva el riesgo de generar un neo-populismo); las dificultades de la población para participar plenamente debido a carencias de formación y de información; el riesgo de legitimar las políticas compensatorias y aceptar como inevitable la pobreza estructural; la reproducción de relaciones sociales de dominación (particularmente de género) en el interior del propio Presupuesto Participativo; y, por último, la reticencia de la intendencia municipal a institucionalizar el proceso. Estos siete temas son de fundamental importancia, ya que el éxito futuro de este tipo de iniciativas de democracia más participativa en las ciudades dependerá del seguimiento crítico y la evaluación continua de los logros pero también dela toma de conciencia de sus debilidades y riesgos.
*** No me digáis que no incluye buenas ideas para aplicar en la toma de decisiones de nuestros propios muncipios, generando una democracia más participativa, y por lo tanto una mayor concienciación ciudadana. A mi propia ciudad, Valencia, en la que tantos conflictos se generan dentro de este ámbito de cosas, a causa de las diversas políticas urbanas que se llevan a cabo, le iría de perlas.
Para saber más...Menegat, R. (1997), Atlas Ambiental de Porto Alegre: instrumento para una ciudadanía participativa, Ecos, 9:28-30.Moraes Alfonsín Betania (1999), Elogio y crítica del proceso de Porto Alegre. Memorias del Encuentro: Municipio, democracia y Desarrollo local. La experiencia de Porto Alegre, Instituto del Conurbano, Universidad Nacional de Gral. Sarmiento, Argentina.Motta, Joao y Moraes Alfonsín Betania (2001), Gestäo Democrática em Porto Alegre: dificultades e oportunidades para avançar una experiencia exitosa.
Saludos