Dentro del Derecho Internacional y las Relaciones Internacionales, Irán está catalogado como un país “monista”, mientras que Estados Unidos como un país “dualista”.
¿Qué significa? Haciendo uso el contexto de estos dos países, el monismo simplemente quiere decir que el derecho internacional, así como el tratado firmado entre poder ejecutivo de Estados Unidos e Irán, condicionan o tiene mayor impacto sobre las leyes internas de estos dos países.
En el caso de Irán, debido a que en su sistema político no existen controles y balances constitucionales, lo acordado por los dos poderes ejecutivos sería casi inmediatamente aceptado por el Parlamento (Majlis) de este país.
Los representantes iraníes son meras figuras emblemáticas de un sistema político que está dominado por el presidente Hassan Rouhani y el líder religioso Ali Khamenei.
Algo muy diferente sucede en un país dualista como Estados Unidos. Aquí, como en cualquier otro país de estas características, las leyes nacionales tienen mayor peso que las leyes internacionales. Es decir, el Derecho Internacional forzosamente tiene que acomodarse a las leyes nacionales existentes.
En consecuencia, el presidente Obama tiene que convencer a las dos cámaras del Congreso (Representantes y Senado), que lo suscrito con Irán, no viola la constitucionalidad norteamericana. Este acuerdo no deberá afectar los intereses económicos y políticos del país.
Los Congresistas –tanto senadores como representantes— tienen 60 días para estudiar el acuerdo, analizarlo, verificar las repercusiones positivas y negativas. Luego entregarán al Presidente una respuesta que puede ser de “aprobación” o “reprobación” del acuerdo. O también pueden enmendar el Acuerdo. Obama manifestó que no va a aceptar ningún tipo de enmiendas.
Como Estados Unidos se caracteriza por su “dualismo”, la aprobación del acuerdo iraní-norteamericano puede extenderse a más de 60 días, incluso puede llegar a años, tal como ocurrió con los tratados de libre comercio firmado con varios países latinoamericanos.
A los republicanos, quienes tienen mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes, no les conviene politizar el proceso del acuerdo nuclear con Irán. Una gran mayoría de la población norteamericana ya está cansada de las divergencias ideológicas y la falta de entendimiento entre el Ejecutivo y Legislativo. Una desaprobación ahondaría su desencanto con el Congreso.
A poco más de un año de las elecciones presidenciales, los representantes y senadores, especialmente republicanos, deben darse cuenta que pueden perder la mayoría en una de estas dos cámaras.
Algo más importante, pueden dar otro argumento a los votantes al inclinarse por un candidato demócrata. Dejarían el campo libre para la elección de Hillary Rodham Clinton en las elecciones de 2016.
Los republicanos tienen mucho que perder con una desaprobación del Acuerdo Nuclear entre Irán y Estados Unidos. hcletters@yahoo.com Colaboración especial para LatinPress®. http://www.latinpress.es