A quién se le puede imaginar que después de insultar a las mujeres tan descaradamente, Donald Trump todavía mantiene la batuta de los republicanos.
De acuerdo a una encuesta conducida por la Universidad de Suffolk y CNN, Trump tiene el apoyo de 17% del electorado republicano en el Caucus de Iowa, mientras que en segundo lugar, con un 12%, va el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, quien originalmente se había presentado como favorito. Rubio alcanzó el 10% y Jeb Bush, el gran favorito y el que más dinero logró acumular hasta ahora, apenas pudo ubicarse en el séptimo lugar con 5%.
Lo anterior muestra claramente lo que sucede dentro del Partido Republicano. Sus bases políticas, particularmente los Tea Party, no tienen coherencia en términos de preferencias ideológicas o de sus candidatos políticos.
En un momento dado pueden moverse a la extrema derecha, como también pueden mantenerse en su sector derechista. Nunca son el sector de moderado de su partido; normalmente se caracterizan por su radicalidad y su irracionalidad.
Son anti-inmigrantes, están en contra de los impuestos, algunos apoyan agendas sociales, como de los gays y lesbians, pero últimamente se han dejado llevar por la intolerancia.
Una gran parte de este sector apoyó inicialmente al ex representante del Congreso Ron Paul, luego al Senador de Miami Marco Rubio, después al también senador Rand Paul (hijos de Ron) y hoy se han inclinado por la candidatura de Trump.
A los Tea Party no les importa la calidad del candidato ni su ética política. Los Tea Party le van a aquel que crea más bulla, apoyan a quién habla irracionalidades contra los inmigrantes, apuestan a quién insulta despiadadamente a los excombatientes.
A los Tea Party no les importa que su candidato degrade sexualmente a las mujeres, las haga sentir como objetos y las vean como ciudadanos de segunda clase.
Trump encarna todos los complejos y creencias negativas de los Tea Party y aquellos electores de la derecha que piensan que “todos” los políticos son corruptos, cuando realmente son esta gente quienes más consciente están sobre los problemas de la nación. Lo que se dice sobre los políticos (corruptos, ladrones, etc.), por lo menos en la Unión Americana, es más un estereotipo despiadado que una realidad congruente.
El magnate de los bienes raíces es concebiblemente el candidato más irracional y con menos conocimiento de la política del país. Sin embargo, es el que más apoyo ha recibido de los Tea Party y las bases de su partido.
El resultado de todo este proceso es la incertidumbre y la falta de claridad con los proyectos políticos de largo plazo.
Como están las cosas, hoy es difícil predecir quién va a ser el candidato elegido de los republicanos. Todo puede pasar en este partido de aquí a las elecciones de noviembre 2016. hcletters@yahoo.com Colaboración especial para LatinPress®. http://www.latinpres.es