Lo primero que debemos saber es que comenzaremos a leer en muchas fuentes que “Una llamarada solar se dirige a La Tierra”, que “Una fuerte erupción solar afectará las comunicaciones en La Tierra”… y cualquier otra cantidad de títulos sensacionalistas. Y es que desde hace tres días, un grupo de manchas solares enumeradas como la 2241 y 2242 han mostrado una actividad significante produciendo llamaradas solares de moderadas a fuertes, o sea, clase “M” y clase “X” respectivamente. Esta madrugada a las 00:27 UT se observó la de mayor potencia X1.8 donde la radiación electromagnética produjo lo que se conoce como un bloqueo de radio frecuencias en el lado iluminado de nuestro planeta, sin mayores consecuencias hasta el momento. Pero debemos tener claro que las llamaradas solares NO LLEGAN A LA TIERRA. Y ya lo explicaré de una mejor manera:
Manchas solares actuales. Son las que producen las llamaradas. Nótese la amplitud de las enumeradas con el 2241 y 2242. Imagen cortesía de Solarham.
Registro del evento asociado a la llamarada solar X1.8
Video de la Llamarada Solar
Cuando ocurre una llamarada solar de una mancha que nos esté apuntando (posición geoefectiva) lo primero que llega a La Tierra es la radiación electromagnética en un promedio de 8 minutos la cual puede interrumpir las comunicaciones. La erupción solar, si es de gran intensidad, puede expandir la atmósfera terrestre hasta alcanzar las órbitas de los satélites, alterándolos y provocando incluso su caída a la superficie de la Tierra, destacando que ésto pasa siempre y cuando la llamarada sea muy intensa (éste no es el caso). En la segunda fase se origina una tormenta de radiación que consiste en un bombardeo de radiación que puede quemar los circuitos eléctricos aún cuando la atmósfera y la magnetósfera del planeta actúan a modo de escudo para evitar este tipo de efectos. Gracias a ésto estamos protegidos ante éstos fenómenos solares. Luego si se ha generado una Eyección de Masa Coronal (en inglés CME) tenemos que conocer que es la onda más peligrosa ya que, en el caso de estar orientada hacia el Sur, daña los satélites, transformadores eléctricos por los que pase electricidad y las comunicaciones en gran parte del planeta. Si está orientada al Norte, rebotará en la magnetósfera. Esto igualmente depende de la intensidad del evento que va en escala desde la “A”, “B”, “C”, “M” y “X” (como se muestra en el gráfico anterior). El efecto de estas tormentas geomagnéticas sobre los seres humanos aún está en estudio y hasta el momento se ha detectado que las consecuencias “directas” en nosotros es probablemente de un bajo porcentaje.
Ahora bien, para éste fin de semana ya se prevé la formación de las espectaculares auroras en las altas latitudes producidas por la onda de choque de viento solar que llega entre 24 y 72 horas después del suceso (recordemos que desde el día 17 se produjo las primeras llamaradas de las manchas en posición geoefectiva). Esto solamente ocurre si la onda de choque viaja hacia la Tierra como lo expliqué anteriormente. La presión del viento solar modifica las corrientes eléctricas en la ionosfera. Las tormentas geomagnéticas duran de 24 a 48 horas, aunque pueden prolongarse varios días dependiendo de la intensidad de la llamarada asociada a una eyección de masa coronal.