Esta mañana la bicicleta estática me lleva por su cuenta hacia las cumbres de Mampodre en las montañas de León. He decidido que ella me guíe como conducía Rocinante a Don Quijote sin otro rumbo que el de su buena ventura. Está en lontananza, mas la magia de la ensoñación hace realidad la fantasía y así nunca sabremos si es más realidad lo vivido o lo imaginado “que toda la vida es sueño…”
![DESDE LA BICICLETA: MAMPODRE](https://m1.paperblog.com/i/587/5874930/bicicleta-mampodre-L-DKwjP6.jpeg)
Estoy subiendo ya las estrechuras que ha dejado atrás el ensoñador pueblo de Maraña, metido en sus verdes valles de montañas y serenidad con los majuelos silvestres floridos, los frutales domésticosen flor y los huertos apuntando sementera. El camino de acercamiento es largo y pacífico. La dureza de ascensión comienza en la cercanía de sus cinco picos diferentes. Imposible subir en la bicicleta, salvo esta mágica mañana de pedaleo y recuerdo.
Por el camino me acompaña la noticia del fallecimiento, ayer, del músico polaco Penderecki (1933-29 de marzo 2020); de inmediato suena en mis oídos su Sinfonía número siete “Las siete Puertas de Jerusalén” dividida en siete movimientos. El coro y la trompetería, se entremezclan con las voces solistas, los clarinetes, los violines que cantan textos de diferentes libros del Antiguo Testamento bíblico.
Uno a uno voy ascendiendo y descendiendo los cinco: Polinosa, Cruz, Mediodía, Valcerrao, Convento. Hace rato que terminaron los prados verdes, ahora solamente me acompaña el silencioso restallido de las piedras finas bajo mis pisadas, algún graznido de un cuervo que disputa comida a los gorriones de las afueras de Maraña. A lo lejos diviso Peña Santa, Torre Cerredo en Picos de Europa… desciendo por el Valle de Valverde entre piornos y los primeros prados antes de completar una vuelta circular inolvidable.
![DESDE LA BICICLETA: MAMPODRE](https://m1.paperblog.com/i/587/5874930/bicicleta-mampodre-L-mVpQ8y.jpeg)
Javier Agra