Al hilo del reciente artículo "A dos bandas" sobre Tres Mares, podría añadirse que este punto es, sin duda, la mejor y más accesible atalaya desde la que puede verse, sin más que girar la mirada desde Valdecebollas a Peña Labra, toda la Pernía y aun más allá, como si se tratase de un gran mapa en relieve.
El acceso a Tres Mares desde Pernía es laborioso, pero desde Alto Campoo, en Cantabria, se llega sin dificultad. Desde Tres Mares se divisan cuatro pueblos de Pernía, los dos del Valle de Redondo, Tremaya y El Campo; los otros pueblos los oculta la orografía de la comarca. En cambio, se puede reconocer lo más destacado de la geografía perniana: el Pisuerga que escapa de la Cueva del Cobre, las Peñas del Moro, la Peña Tremaya, Abismo, Carazo, Maldrigo, Sierra de Albas y un largo etcétera, cerrándose el panorama con los más lejanos picos de la Peña Redonda, Santa Lucía o el inconfundible Curavacas y detrás la cadena que va desde el Espigüete a Peña Prieta, prolongándose ya fuera de tierras palentinas con los Picos de Europa en la lejanía y en términos más cercanos, con tierras lebaniegas.
Pero además, el mirador de Tres Mares ofrece la posibilidad de ver el bello espectáculo de amanecer, en un día claro de verano, preferentemente. Hemos podido verlo en dos ocasiones, accediendo desde Campoo, y puede asegurarse que el madrugón y la excursión nocturna se compensan con creces con los magníficos juegos de luces y colores que se contemplan desde allí. Merece la pena.
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