Me interesa ver datos anteriores a la última década, ya que la crisis y las burbujas han alterado todas las estadísticas.
Yo pensaba que en las últimas décadas, la desigualdad entre los españoles, medida en términos de renta disponible, había bajado. Y en efecto, ha sido así. La diferencia que hay entre ricos y pobres no ha dejado de bajar en nuestra reciente historia democrática. Tan solo ahora, en esta época de crisis, ha repuntado la desigualdad. Aunque sin llegar a los atroces resultados del tardofranquismo, que algunas personas que se califican de liberales o conservadores, para vergüenza de los liberales y conservadores, pueden estar echando de menos.También hay que decir, que la variación de la desigualdad no se ha repartido homogéneamente, ni por el territorio, ni en el tiempo. Hay un trabajo del Instituto de Estudios Fiscales llamado Desigualdad y bienestar en la distribución intraterritorial de la renta, 1973-2000, del año 2001, que aporta datos en este sentido.
No me detengo tanto en los datos crudos de la Encuesta de Presupuestos Familiares (que es la fuente principal del estudio), sino en la información que aporta la manipulación de esos datos. En concreto, destaco una medición que me pareció muy curiosa: la contribución a la desigualdad que aporta cada comunidad autónoma. Es decir, el peso que tiene cada comunidad autónoma respecto a la desigualdad total, en términos relativos y absolutos. Me ha parecido muy revelador este dato (tomado en los años 1973, 1980, 1990 y 2000) porque muestra a las claras que la reducción de la desigualdad no ha sido en absoluto uniforme y dispara en contra de las ideas preconcebidas con las que partía (no de todas, pues no estaba errado cuando pensaba que las CC.AA. más receptoras de fondos europeos han reducido más su desigualdad interna).
Si nos fijamos en aquellas comunidades en las que ha aumentado su contribución a la desigualdad: Andalucía, Canarias, Islas Baleares, Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid; podríamos decir que éstas son las comunidades que peor lo han hecho en términos de desigualdad. Sin embargo, yendo a los datos cronológicos, vemos por ejemplo que Cataluña disparó (el peso estatal de) su desigualdad en los años 80, para bajarla a lo largo de los años 90 (el estudio llega hasta el 2000). Ciertamente, al ser datos relativos a un total, que unos bajen significa que otros suben, pero aún así, choca un poco ver cómo Madrid y Andalucía han sido las grandes perjudicadas en el proceso de igualación de las últimas décadas. ¿Lleva eso a crear incentivos en esas dos comunidades para frenar el proceso de transferencia competencial? Yendo al indicador absoluto de desigualdad, se ve que Andalucía queda bastante por encima de Madrid en términos de desigualdad de renta.
Andalucía
No puedo entender que Andalucía sea la que peor lo haya hecho a la hora de aliviar las desigualdades de renta disponible: ha tenido transferencias de la UE, ha tenido 40 años de socialismo preocupado por la desigualdad y salió del franquismo siendo una región con menos desigualdad que otras comunidades como Aragón, Asturias, Islas Baleares, Canarias, CyL, Cataluña, Com. Valenciana, Extremadura y Madrid. Es decir, a la hora de redistribuir, Andalucía lo ha hecho calamitosamente mal. Ciertamente redujo su desigualdad -como todas las CC.AA., en contra de lo que dicen en Reconversión- pero otras lo hicieron mucho mejor, partiendo de una peor situación.
Por su parte, Extremadura, Galicia, Islas Baleares y Castilla-La Mancha son las que mejor han sabido aplicar políticas redistributivas... aunque habría que valorar hasta qué punto tener paga del Estado o petróleo influye en la igualación de renta (la intuición me dice que en tres de esas cuatro comunidades la asistencia del estado es muy fuerte y en la cuarta tienen petróleo en forma de guiri borracho). En teoría, tener a un montón de pensionistas y funcionarios es un método más para igualar rentas. En la práctica, no se contribuye así a la creación de riqueza (¿de qué nos sirve eliminar desigualdad si aumentamos la miseria?).
Conclusión y dudas
Como conclusión tras echar un vistazo rápido a los datos, se puede afirmar que se han reducido las diferencias en la desigualdad de la distribución de la renta interna de las CC.AA. a lo largo del tiempo y que la contribución de cada región a la desigualdad total se ve más afectada por la variación poblacional (donde más crece la contribución es donde más crece la población. Nota: el estudio que he leído dice que la relación existe aunque no es estricta). Me surge la duda de si a igualdad de crecimiento de población en las regiones, las contribuciones a la desigualdad total habrían permanecido más estables a lo largo del tiempo.
Lo planteo de otro modo: tener regiones con similar variación de población e incluso con similar población, ¿haría que el descenso de la desigualdad fuera más homogéneo? ¿Y si las regiones más extensas y menos pobladas tuvieran una inyección de población de comunidades uniprovinciales limítrofes muy pobladas, es decir, se fusionaran, cómo afectaría a la evolución de la desigualdad? ¿Se puede extrapolar el caso a la UE?
Estas son preguntas que me surgen y se van un poco del tema que nos ocupa: se ha reducido la desigualdad entre los españoles, al menos, hasta antes de la crisis. Y como las comunidades autónomas no han aparecido en los últimos cuatro años, podemos dudar de que sean causa del reciente crecimiento de la desigualdad (cosa que no las exonera de un montón de responsabilidades, sobre todo en cuanto a gasto y excesos). Por lo tanto, las medidas correctoras deben partir de otro razonamiento (inversión, salarios, desempleo, ingresos públicos, mercado laboral, caída de la inmigración...).
Durante los Treinta Gloriosos, los más ricos ganaban menos (y seguían siendo ricos). Hoy la diferencia de salarios en una misma gran empresa es más acentuada. No lo entiendo.
Otro comentarioPero la reordenación competencial y territorial y la racionalización, administrativa y financiera del Estado autonómico ya no son las únicas fórmulas posibles ante su ineludible crisis. Hay otras, como la restauración de un Estado unitario de base provincial, con posibles Mancomunidades de Diputaciones, y con regímenes especiales para el reconocimiento en sentido estricto de los tradicionalmente llamados "hechos diferenciales" (pluralidad lingüística, foralidad, insularidad), a modo de los antiguos "apéndices forales" de nuestra codificación civil, que permitieron culminarla con éxito hace más de un siglo. Propuesta que, sin duda, merece ser analizada con respeto e inteligencia por dos razones esenciales; porque responde mejor a la realidad histórica de España, y porque responde a los deseos de una parte importantísima y creciente de la opinión pública ya que, según los últimos datos, un 30 por ciento de los ciudadanos españoles -el grupo mayoritario según la reciente encuesta del diario El País- prefieren un “Estado unitario sin autonomías”.Problema que le veo: es precisamente en las comunidades con «hechos diferenciales», donde la encuesta del CIS se diferencia más de la media nacional.