Desde que estoy fuera del mundo la sombra va ganando terreno, habito muy cerca de ti. La arena, el sur, los hijab y el proyecto de tus ojos. La manera de soñar y allí ser feliz. Sin saber, sin manual, sin caricia, sólo empezar a cimentar, piedras, cables, a devorar palabras como sogas. Al final las cosas que lo cercan, la arena, al lado tu mano, al fondo la ciudad que despierta a las cinco de la mañana con la primera llamada a la oración. La proyección repetida de los hijab en las copas de vino, la dulzura de los dátiles, la ilusión de no quebrar, de vivir hasta allí, de buscar, de descubrir. Quizá estar vivo sea algo parecido, o quizá sea esto simplemente. MARÍA JESÚS SILVA