De vez en cuando, cuando a algún voluntarioso cooperante lo secuestran en el Sahara, el mapa de un país aparece en el telediario. Lo que hay detrás de la noticia es una situación muy enrevesada ante la que es (casi) imposible discernir qué elemento tiene más justificación.
En Malí, los tuaregs llevan desde que entraron los franceses en 1864, peleando por mantener su modo de vida bárbaro. Desde la independencia trazada con escuadra y cartabón por Francia, combaten a las fuerzas de Bamako (la capital). En los últimos tiempos aparece un tercer actor en la contienda, Al Qaeda en el Magreb Islámico.
Como esto es África, es muy dificil establecer bandos y categorías, y, para acabar de complicar la cosa, existe un sustrato de etnias enfrentadas por un odio que deja al KKK a la altura de los Boy Scouts.
Al término de la última guerra civil en Malí (1992), los acuerdos de paz establecen la inclusión de elementos tuareg en las fuerzas armadas del país. Los tuareg se quedan al norte del río Níger, que en Malí son las provincias de Tombuctú, Kidal y Gao. Debido a la ineficiencia del gobierno central y a odios muy marcados a fuego, los tuareg se organizan en una especie de movimiento de liberación que busca una independencia y la creación de un espacio soberano. Los contactos con los gobiernos de Argelia y Mauritania tratan de bajar las aspiraciones tuareg que últimamente se quedan en reivindicar una cierta autonomía en las tres provincias citadas. Y es que en esos países la efervescencia tuareg también les puede suponer un problema de seguridad. Como vamos viendo, hay muchos actores.
También quiero señalar, que cada vez que hay un conflicto en África, los amigos de la servidumbre echan a volar su imaginación y desarrollan teorías conspiratorias en forma de intereses ocultos de multinacionales que no tienen otra cosa que hacer. La navaja de Ockham nos dice que es más fácil sobornar a los gobiernos y pagar dos duros a la gente que contratar a mercenarios para llevar a cabo una limpieza poblacional. Digo esto porque en este conflicto es difícil ver la mano de fuerzas oscuras y del mal detrás. Es cierto que Malí desde la antigüedad es zona aurífera y que, coincidiendo con el establecimiento de ciertas garantías democráticas y cierta paz social (Malí en este sentido está muy por encima que sus vecinos), allá por 1999 o 2000, se descubrieron nuevas fuentes de oro; pero vamos, siguen dependiendo mucho de Francia como para que París deje a cualquier bicho husmear en su trastienda.
En fin, solo me queda esperar que las partes en conflicto lleguen a un acuerdo que ponga fin a la violencia y que, de alguna forma, los tuareg tengan una alternativa que los coloque del lado del gobierno del país contra Al Qaeda y los enemigos de occidente.
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¿Por qué los países son pobres? - Aquí reseñan un capitulo de El economista camuflado de Tim Harford, que es un libro que me gustó y que recomiendo leerlo junto a El optimista racional de Matt Ridley. Son libros en tono divulgativo y poco exigentes que sirven, entre otras cosas, para sacar conclusiones como que la pregunta "¿Por qué los países son pobres?" está mal formulada. La pregunta pertinente es ¿Por qué los países son prósperos? Entendiendo prosperidad como expectativa de riqueza (riqueza medida en términos de que más vivan mejor).
Bonustrack:
La batalla por la economía mundial. Documental para tarde lluviosa.