Con el pantalón ajustado y la juventud holgada, Renata, encendió un cigarrillo y con la mirada clavada en los ojos de José dijo:
- Si me vas a invitar a salir, no me lleves a un Café, porque paso ocho horas seguidas sirviendo mesas, mejor vamos al cine.
- Y yo soy proyeccionista en una sala de cine, prefiero ir a un Café - respondió José, antes de encender la moto e irse.