Por ejemplo: el perro tira de la correa y nosotros…¡le seguimos!. La conclusión es fácil para el perro: si quiero ir allí, tiro de la correa y me acaban siguiendo. En vez de enseñarle lo que queremos que haga (que nos siga, o ir hacia otro lado), en realidad no le enseñamos nada y nos plegamos a lo que marca el perro, que acaba siendo lo contrario a lo que queremos…y sin darnos cuenta.
Por ejemplo: el perro tira de la correa y nosotros…¡le seguimos!. La conclusión es fácil para el perro: si quiero ir allí, tiro de la correa y me acaban siguiendo. En vez de enseñarle lo que queremos que haga (que nos siga, o ir hacia otro lado), en realidad no le enseñamos nada y nos plegamos a lo que marca el perro, que acaba siendo lo contrario a lo que queremos…y sin darnos cuenta.