La mayoría vivimos una vida donde no tenemos todo lo que esperamos o deseamos, si a esta realidad le unimos a que no es más feliz quien mas tiene sino el que menos desea, lo natural como humanos que somos es que tengamos algunos puntos de rebeldía y/o pesimismo. Lo cierto es que el pesimismo es como una nube negra que nos impide ver con claridad y nos oscurece a nosotros mismos, incluso, con los años nos agria el carácter y nos deja señales incluso físicas.
El refranero español, tan rico y sabio nos dice que a mal tiempo buena carta, pero esto solo es una mímica un engaño y un auto engaño a todos los que son incapaces de sentir y sentirse felices por sus deseos.
La felicidad, estriba en la aceptación y desprendimiento o en la ética lucha por alcanzar los deseos pero nunca en la oscura nube del pesimismo, la envidia o el deseo incontenido e irreflexivo. Somos humanos, y decirlo es muy fácil, dado que es prácticamente imposible dejar de sufrir cuando uno se siente disminuido ante la media del logro social del entorno.
¿Cómo batallar?
Necesitamos luz, y esta luz deber ser limpia y ética, como la luz pulcra de un faro, si pretendemos usar la luz de una antorcha esta además de ser ineficiente, producirá humo que aportara vida a la nube negra que nos impide ver.
- La ambición es buena, mas no la codicia.
- El deseo es humano, mas no el antojo.
- El anhelo es espiritual, mas el apetito inflamado de conocimiento es oscuridad.