Me he cansado, cualquiera que me conozca o me lea desde hace tiempo ya sabe que llevo años quejándome de los derroteros que está tomando este mundillo. No niego que algo en mi ha cambiado, mi vida ha cambiado, mis gustos han cambiado, pero sobre todo la industria ha cambiado.
Me hago mayor, he vivido la época que para mi comprende la edad de oro del videojuego: Hablo de los salones recreativos, hablo de los juegos de 16bits, del cambio a los juegos tridimensionales. Pero también hablo de quedar en casa de los amigos, de hacer torneos, de reirte en grupo, del multitap, de desconectarle el mando al colega, de coleccionar botellines de cerverza vacios mientras suena de fondo la melodía del inmortal Street Fighter II. Hablo de una diversión tan directa como conectar un cartucho y pulsar un botón.
Digo que la industria me ha cambiado porque ella misma no se reconoce, con los juegos de lucha en decadencia, con campañas de risa, con la casi desaparición del multijugador local, y con la fría compañía de voces online mientras tu no dejas de estar como en la mítica película: solo en casa.
Y no me hagáis hablar de los juegos incompletos, de los putos dlc metidos en disco, y de la total falta de respeto al consumidor y las prácticas abusivas que nos intentan colar día si día también, porque el tono del escrito sería para mayores de 18 años.
Yo he cambiado, no toda la culpa es suya. Como os decía no soy el mismo que hace cinco años, la mayor parte de mi tiempo libre lo dedico a la lectura y al estudio, se dice que uno nunca deja de estudiar ni de aprender, y con 33 años he comenzado la carrera de psicología que debí empezar con 18, ya se sabe que nunca es tarde si la dicha es buena.
Con esto no quiero decir que ya no disfrute con los videojuegos, y que no acepte que aún tienen cosas buenas, pero esta generación y permítanme la redundancia es para otra generación. Es cierto que todavía hay algún juego que me devuelve la sonrisa de quinceañero, pero mi nivel de consumismo brilla por su ausencia. Recuerdo hace tiempo cuando contaba los días nervioso esperando aquel juego que tanto ansiaba, en aquella época era impensable que saliera un videojuego de Mario sin que yo me avalanzara sobre él como un animal, ahora mismo ni tengo la intención de adquirir el Mario Maker, lo que es la vida.
Este es a groso modo el motivo por el que algunos se preguntan por mi ausencia, y esta es la respuesta que quería dar y que no entra en los 140 caracteres de un tuit.
No estoy diciendo que abandone, en la medida de lo posible seguiré si me lo permiten escribiendo, incluso mi compañero de vicbengames quiere retomar el proyecto, pero comprenderán que la falta de tiempo y esta desgana me paralizan los dedos.
Aquí les dejo mi experiencia, diganme si alguna vez han pasado por algo parecido, y si es permanente o pasajero.