Deshaun Watson, ¿el próximo steal del NFL Draft 2017?

Publicado el 28 marzo 2017 por Primeroydiez @Primeroydiez

Muchos quarterbacks han enfrentado a las defensivas de Nick Saban en Alabama y pocos son los que salen del campo con una victoria. Entre las actuaciones más memorables tenemos las que nos regalaron Tim Tebow, Cam Newton, Johnny Manziel o Trevor Knight, pero ninguno le complicó mas la vida al Crimson Tide como Deshaun Watson en los últimos dos años.

Al igual que la de muchas estrellas del football, la niñez del mariscal no fue fácil; su madre, Deann Watson, tuvo que educar a cuatro hijos por su cuenta. La familia creció en departamentos otorgados por el gobierno, donde la vida puede ser muy complicada por el ambiente social.

Deann, en busca de un mejor futuro para sus hijos, vio la oportunidad y se apuntó a un programa altruista, cuyo objetivo era el de construir hogares con ayuda de voluntarios a los menos favorecidos. Luego de cumplir con 300 horas en el programa, Watson se convirtió en beneficiara para recibir su propio hogar.

Lo que podría quedar como una anécdota captó la atención de los medios en el último año, cuando se dio a conocer que fue Warrick Dunn, el excorredor de los Buccaneers y Falcons, quien a través de su fundación le dio las llaves de su nuevo hogar a Deann y sus hijos:

Warrick Dunn giving the Watson family the keys to their house in 2006. Deshaun Watson in black sweatshirt on the right. pic.twitter.com/UjGlcIhlkT

— CONWAY TWEETY (@edsbs) 10 de enero de 2017

Dicha acción no sólo motivó el desarrollo de esta familia, sino que cambió el destino de aquellos niños. Deshaun, quien tenía 11 años, pudo enfocarse totalmente en sus estudios y su desarrollo atlético, cuyas habilidades resaltaban en baseball, football y basketball. Sus cualidades captaron la atención de los scouts de la Gainesville High School , en su natal Georgia, donde puede presumir haber obtenido un campeonato estatal.

La relación del head coach de Gainesville, Bruce Miller, con el entrenador colegial Billy Napier quien formaba parte del staff de la universidad de Clemson, facilitó la atención en Deshaun como un futuro recluta. En 2012 el mariscal le dio a los Tigers el tradicional comité verbal y en 2014 finalmente debutó con Clemson, donde tenía la misión de suplir a Tajh Boyd, quien había tenido buenas actuaciones bajo el programa comandado por Dabo Swinney.

Como Freshman, Watson se ganó el puesto titular. Lamentablemente las lesiones lo limitaron a sólo iniciar cinco juegos y tendría que esperar hasta 2015 para explotar como jugador. Las adversidades no sólo se presentaron en el campo de juego: Deann fue diagnosticada con cáncer de lengua y permaneció hospitalizada más de medio año. Deshaun pudo verla en contadas ocasiones, pues su madre no quería ser vista en dicho estado.

En su año Sophomore, Watson guió a los Tigers a una marca de 12-0, dándole el lugar como primer sembrado de cara a los Playoffs, donde vencieron a los Oklahoma Sooners para llegar a la final ante Alabama.

En aquella final Watson hizo lo que quiso, lanzando para más de 400 yardas y corriendo para poco mas de 70. El entrenador de Alabama, Nick Saban, tuvo que emplear sus mejores trucos en equipos especiales para vencer a los Tigers, pues no podían parar la ofensiva de Watson quien al final apenas se vio superado en un gran juego por parte de ambos equipos.

Aunque fue una decepción deportiva muy grande para Deshaun, por otro lado tenía mucho que festejar, pues su madre venció al cáncer y ello era motivación suficiente para llegar mejor que nunca en su año Junior y reclamar el título de campeón.

Ya en 2016, el equipo de Clemson arrasó en el football colegial, acumulando una marca de 12-1 en temporada regular y en los Playoffs humilló al Ohio State de Urban Mayer en la semifinal por marcador de 31-0.

La cereza del pastel llega con la revancha ante Nick Saban y el equipo de Alabama en la final. El gran regreso y la determinación de Watson, quien guió a los Tigers con 420 yardas y tres anotaciones –la ultima con un pase en los últimos segundos– dejó en la lona a la mejor defensa del país. El marcador final fue de 35-31 y el primer campeonato para Clemson en tres décadas.

Watson lo había conseguido, o al menos iniciaba su leyenda en el football, no sólo le ofreció resistencia a la dinastía del siglo 21, sino que también la derrotó y con ello dio esperanza al football colegial, el cual ha sido casi monopolizado por el programa de Alabama.

El siguiente paso para Watson es jugar los domingos en la NFL. Descrito por el coach Dabo Swinney como “el próximo Michael Jordan de la NFL”, Watson se ha ganado el respeto nacional gracias a su habilidad como jugador, su ética de trabajo, su estabilidad emocional y sobre todo su humildad. Si lo queremos ver así, Deshaun resalta como el anti-Manziel, un jugador centrado y responsable que cualquier equipo quisiera entre sus filas.

Rumbo al Draft, la posición de Watson es muy interesante. Los scouts encuentran, como cada año encuentran, varios defectos en un jugador pero dejan de lado su carácter e inteligencia emocional. Algunos lo evalúan como jugador de tercera ronda y otros piensan que vale la pena darse la oportunidad con Watson en la primera ronda. Lo cierto es que todos quieren el próximo Tom Brady, Russell Wilson o Dak Prescott. ¿Será Watson el próximo steal?