Deshumanización y fama

Publicado el 26 septiembre 2014 por Martaserrano @Uni_Actualidad

En los últimos días, hemos sido testigos de las buenas acciones de ciertos personajes públicos que en la actualidad nos resultan algo extrañas. Acostumbrados a ver a diferentes personajes públicos (no definiré como “cantante” a alguien que solo intenta hacerlo y que por distintos apadrinamientos nos ametrallan con sus éxitos de pacotilla a todas horas y en todas las emisoras) ejerciendo diferentes roles que en principio no les deberían definir, nos asombra ver el lado más humano de alguno de ellos sin que ellos mismos tengan la intención de aprovecharse de su propia carisma. O lo que podría decirse en pocas palabras: nos gusta ver que los famosos también son personas.

Es el caso, por ejemplo, de dos actrices de la gran pantalla que comparten dos cosas: fama y el pelo naranja.

En un lado se sitúa Emma Watson. La siempre recordada en su papel de empollona repipi de una escuela de magia que en todas y cada una de las películas de la saga coloca su comentario estrella para dar lecciones al mismísimo elegido, que es Harry Potter, también ha tenido hueco para dar lecciones humanitarias delante de un comité internacional como es la ONU.

La actriz de 24 años se encargó de dejar con la boca abierta a todos los presentes en aquella reunión y a todos los curiosos que le hayan echado un vistazo a su discurso, que de contundencia llenaba la sala. A modo de resumen para aquellos que no se hayan enterado de lo que dijo, Watson hizo un innovador recorrido por el feminisimo y las nuevas maneras de entenderlo, haciendo un llamamiento a cualquier órgano participativo para colaborar en una nueva campaña que pretende abolir la desigualdad, ‘HeforShe’. Yo me quedo con esta parte del discurso:

“Si al hombre no se le hace creer que tiene que ser agresivo, la mujer no será sumisa. Si al hombre no se le enseña que tiene que ser controlador, la mujer no será controlada. Ambos. Hombres y mujeres deben sentirse libres de ser fuertes. Es hora de que veamos a los géneros como un conjunto en vez de como un juego de polos opuestos.”

Al día siguiente de su pronunciamiento, la actriz volvías a ser noticia por el desencadenante de su discurso. Una web de marketing que más tarde resultó ser falsa, la amenazó con colgar fotos suyas desnuda. Una cuenta atrás con la frase “Emma eres la siguiente” avisó de uno de los miedos más frecuentes, a día de hoy, de las famosas: su muerte profesional.

Muchas actrices ya han sufrido lo que yo llamo “muerte profesional” este año. Desde Scarlett Johansson, Kaley Cuoco (que es difícil escribir su nombre sin  recordar el personaje que la ha hecho famosa en palabras de Jim Parsons) a Vanessa Hudgens y Jennifer Lawrence. Entonces llega mi pregunta: ¿se trata de una venganza personal?.

Anteriormente, cuando no había nubes ni móviles de última generación y de fácil hackeo, podíamos encontrarnos con la ocasión de que era el propio director obsesionado con la actriz el que decidía que llegara su muerte profesional (¿recordáis el señor de famosa silueta de perfil creador de historias de suspense? Decidió que una de sus rubias solo podía rodar con él), ahora es el propio espectador el que, en parte, se encarga de que la actriz deje de hacer algo con lo que se gana la vida. O mejor dicho, intenta interferir en la vida personal de alguien.

¿De qué manera afecta a la actriz la visión de fotos íntimas?. Muchas han sido las veces en las que hemos pensado que deberían tener más cuidado con lo que hacen debido a que son quienes son. Entonces, damos por hecho que por dedicarte al cine, al teatro, a la música o al arte (entre otras actividades) no tienes derecho a hacer un vídeo erótico con tu pareja.

Por unas cosas o por otras, hemos dejado pasar la evidencia más grande de este escrito. Se trata de mujeres. Colgar fotos de mujeres desnudas cuando hay otras que no dejan de hacerlo solo para acaparar la portada de la revista que podría acaparar la foto de la famosa pillada en una playa nudista tiene el mismo sentido que ponerse un abrigo a cuarenta grados en un verano madrileño. Es una burrada ver la degradación de la mujer en carnes (y nunca mejor dicho) de las propias mujeres. Pero ese es otro tema del que podrían escribirse libros y tomos que con el paso de los años llegarán a más de las cincuenta entregas. ¿Qué será lo próximo?. Ya está todo hecho parece… o no.

Puede que después de escribir esto algún demente decida investigar entre mis fotos personales si es que tienen algún interés y las publique… no sería novedoso. Miles de fotos de miles de personas anónimas se cuelgan cada día en páginas públicas y tienen nulo interés porque son anónimas precisamente. Es ahí cuando cambia el rol del que hablaba antes y deja de deshumanizarse a la propia persona. Si antes el famoso era el invitado a su despido personal y emocional, ¿qué ocurre con el anónimo?. ¿Qué deja de ser?.

Hablando de anonimato, la otra parte de este artículo gira en torno al nombre de Jessica Chastain. La actriz de sonrisa eterna y creciente fama siempre fue anónima para el recién fallecido Robin Williams cuando, como cada año, otorgó dos becas en Juilliard, una famosa escuela de artes de Nueva York. Chastain fue una de los dos alumnos que recibieron esa beca completamente pagada por el actor pero nunca llegó a conocer a la persona que la ayudó a cumplir su sueño, como quien dice.

La actriz protagonista de la aclamada ‘Zero Dark Thirty’ de Kathryn Bigelow (que en su momento también fue conocida como la “ex” de David Cameron), ganadora del Oscar a la mejor dirección por ese filme, participó el pasado martes en el programa de Pablo Motos ‘El Hormiguero’, donde presentó imágenes de Chaplin, su perro de tres patas. Ese encanto perruno, como he leído en diferentes artículos, lo complementó con un caso de un perro en adopción inválido de sus patas traseras que también visitó el programa. Con ‘Tinta’, el trío conformado por Motos, Anna Simón y la intérprete californiana deshizo en suspiros a un público espectador que instantáneamente amó a Chastain.

Al día siguiente, una revista de un periódico generalista nacional calificó a la actriz como “la cabeza mejor amueblada de Hollywood”. Es aquí de nuevo, cuando entra en conflicto lo anormal que resulta ver a una actriz con las ideas claras y el hecho de que sea una mujer con éxito. Es una lástima pensar que un personaje famoso no puede tener el cerebro organizado, tanto como que se nos haga raro saber que es cierto y creer en que no se desviará de su camino de buenas acciones. Lo general determina lo particular y si hemos visto que una niña prodigio de Disney ha dejado de serlo de forma radical, ¿por qué no alguien que no haya pertenecido a esa industria infantil?.

Confiamos en vosotras.