Cuando encontramos un nuevo trabajo nos sentimos felices, pensamos que se van a cumplir todas nuestras expectativas, vamos a encontrar unos compañeros simpáticos, jefes no muy duros..
Sin embargo, muchas veces cada oportunidad es un desafío, pues tendremos que enfrentarnos a situaciones de estrés que quizás no las veíamos venir.
Desgraciadamente, en la universidad no nos enseñan competencias para superar estos baches laborales.
Estudios demuestran que los jóvenes somos los que tenemos menos capacidad para afrontar las adversidades.
¿Por qué somos tan vulnerables?
1, Por no conseguir las metas que nos habíamos propuesto en nuestro primer trabajo.
2, Por no encontrar trabajo en corto plazo después de haber terminado la carrera.
A esto se suma que solo el 4 de cada 10 titulados consiguen un trabajo relacionado con su profesión, lo que nos genera una fuente importante de angustia. Por eso, es muy común que menores de 30 años manifiesten síntomas de estrés laboral.
¿Qué podemos hacer?
Por muy fácil que sea decirlo pero más complicado hacerlo, debemos asumir nuestra realidad y continuar luchando por conseguir nuestros objetivos. Involucrarse en nuevos retos, ¡nunca se sabe dónde te puede estar esperando una oportunidad!
Caer en la desesperación puede ser un paso muy sencillo, pero nos costaría mil veces más volver a andar por nuestro camino.
El “REFRAMING” es una técnica muy usada en terapia. Se trata de dar un cambio de sentido a los acontecimientos. Un cambio de interpretación nos ayuda cuando no podemos modificar los hechos y pensar en ellos nos bloquea.
Significa reenmarcar. Hace alusión a una metáfora, ya que muchas veces cuando cambiamos a un cuadro un marco, nos transmite algo diferente.