En esta ocasión se trata del desmantelamiento por las autoridades francesas de "una importante red de inmigración irregular de origen chino" con destino a España, Italia y Luxemburgo que operaba desde París y la localidad china de Shanghai.
La red, dirigida desde París por un ciudadano chino instalado en Francia, cobraba entre 12.000 y 15.000 euros a cada "cliente", informó en un comunicado el ministro galo de Inmigración, Eric Besson.
La detención simultánea en China y Francia el pasado 15 de julio de "varios miembros de una red china marcó un paso en un proceso de eficaces operaciones entre los dos países", señaló Besson, quien no precisó el número de personas arrestadas.
Una segunda operación llevada a cabo en París el pasado día 27 permitió detener a varios "clientes de la red", agrega el comunicado.
El Ministerio francés de Inmigración, que felicitó a las autoridades chinas por su colaboración, calificó la organización como "una red bien estructurada".