Desmontando un mito: La leyenda negra

Por Selva Del Olvido

Una de las primeras cosas que se aprenden al comenzar a estudiar Historia, y quizás una de las más importantes, es que contamos , como consecuencia de la sociedad que nos rodea y de la educación básica que recibimos, con una serie de prejuicios que no se sostienen ante análisis crítico y racional.
El caso que exponemos a continuación, el de un mito historiográfico como es la llamada Leyenda Negra, es uno de los elementos más significativos relacionado con esos juicios de valor de los que hablaba anteriormente.
El inicio de esta Leyenda Negra lo podemos situar ya durante el propio reinado de Felipe II (hay cierta discusión sobre este punto), figura central, aunque no única, de la misma. Sin duda alguna, el movimiento humanista luterano, junto a la propaganda política contraria a España permitió la difusión de una imagen de este país que se extendió incluso hasta bien entrado el siglo XX y que aún da que hablar en nuestros días. Pero la cuestión principal es ¿tiene verdadera base esta Leyenda?


Para responder a la anterior pregunta es necesario matizar ciertos puntos. Es cierto que algunos elementos criticados, como el celo religioso, cuyo máximo exponente sería el Santo Oficio, o la mala situación sufrida por ciertas minorías étnicas y religiosas, tienen una base, sin duda, histórica; pero también es cierto que ha sido profundamente exagerada y distorsionada por cierto tipo de historiografía. Algunos autores, especialmente dentro de la historiografía de los paises que abrazaron la Reforma ,Francia, principal rival de España en el tablero Europeo durante el gobierno de los llamados Austrias mayores o, incluso, en la misma España; han comparado el territorio hispano en este período con otros estados europeos recalcando el retraso y el fanatismo del primero frente al de los segundos.

Pero la realidad es bien distinta. Si es cierto que la Inquisición española era un organismo temible también es cierto que la persecución y quema de supuestas brujas dentro de los países protestantes es un movimiento a tener en cuenta. La prohibición de determinadas obras literarias y filosóficas tampoco es algo exclusivo de los países de la Contrarreforma y si se señala insistentemente la expulsión de los judíos en España no hay que olvidar que también se producen acontecimientos similares como la expulsión y persecución a los hugonotes durante el reinado de Luis XIV.



No trato, con estos ejemplos, de justificar el desarrollo histórico de este país huyendo de la crítica al pasado e intentando mostrar un victimismo que ciertos autores se empeñan en mantener, tendencia que, en mi opinión es poco profesional y carece de sentido. Mi único afán es, por tanto, presentar el hecho de que creaciones como la de esta Leyenda Negra nos alejan de una visión realista del pasado dando lugar a una imagen, tan del gusto del público, de dos bandos enfrentados en la historia; de una historia de enfrentamiento de “buenos” y “malos” en la que a España le tocaría el papel de antagonista principal.
En definitiva, creo que es una obligación por parte de aquellas personas dedicadas a la Historia acabar con este tipo de mitos históricos carentes de fundamento alguno, que existen todavía, en gran parte, por la utilización que todo tipo de ideologías, tanto de uno como de otro signo, hacen de ellos, de manera partidista, incluso en la actualidad.