Desolladores de Mengil

Por Loorg
Mengil Pielhombre es el sádico y caníbal líder de un grupo de Elfos Oscuros conocidos en todo el Viejo Mundo como los Desolladores de Mengil. Viajan bajo la protección de las sombras, venden sus salvajes habilidades al mejor postor y se adornan con los pellejos de todos aquellos a quienes han desollado después de derrotarlos en batalla previamente.
Para más información pasaros por la Biblioteca del Viejo Mundo.

Las miniaturas de los Desolladores de Mengil

Creo recordar que los Desolladores de Mengil fueron de los últimos regimiento de renombre en comercializarse y a pesar eso este regimiento no era nuevo. Los primeros Desolladores tenían como referencia RR4 - Mengil Manhide's Company y aparecieron entre 1983 y 1986 y su renovación con peanas de plástico entre la segunda y la tercera edición de Warhammer Fantasy Battle allá por 1986. En el origen del regimiento no estía la figura de Mengil (como la de ninguno de los campeones de los regimientos de renombre). Estos regimientos fueron diseñados por Bob Naismith y no tengo ninguno de estos en mi colección.

Tuvieron que pasar 18 años hasta que Games Workshop sacase la renovación de para estas antiguas miniaturas. En el número 114 de la edición española de la revista White Dwarf de 2004 aparecieron las primeras imágenes de los renovados Desolladores de Mengil más acordes con la minituras de los Elfos Oscuros de la sexta edición de Warhammer Fantasy Battle.
En total 10 Elfos Oscuros diseñados por Chris Fitzpatrick entre los que se incluía a Mengil, un portaestandarte, un músico y 7 elfos oscuros. Todos ellos de metal blanco y requerían un pequeño montaje.


A diferencia de las dos ediciones anteriores de estas miniaturas todos los Elfos Oscuros están equipados con espada y con ballesta de repetición.
La caja de los Desolladores de Mengil no la tengo ni siquiera abierta y no es la única caja que tuve. Creo recordar que pinté y vendí dos regimientos más en aquella época y al final el mío se quedó sin pintar. Originalmente sólo compré dos cajas, una para vender pintada y otra para mi y las pinté simultáneamente. Vendí una pintada y al día siguiente se puso en contacto otra persona, que había visto las anteriores pintadas, muy interesada en que le pintase un regimiento. Al final le vendí las que tenía para mi y me compré otra caja que no llegué a pintar y que sigue hoy en día en el mismo estado que cuando la compré.
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