Despiste cruel

Publicado el 01 septiembre 2015 por Laesfera
La selva de cemento se erguía en el silencio de un tumulto. Árboles de acero con frutos de luz. Templos de cristal adornados con esperanzas y sazonados con mentiras.
Algo apresa la manga de mi camisa. No es cualquier cosa, más bien "cualquiera”. Como un animal herido, asustado, pide ayuda, a la par que me suelta alisando la tela que ha tocado. Me habla de su historia, de su sufrimiento y de sus penas. Me habla de cómo podría ayudarle. Me habla de cómo arreglaría su vida con un gesto.
Pero no lo escucho. No me importa. Lo aparto. Quiero volver a mi hogar.
A medio camino me percato de mi reflejo en un cristal, translúcido. Un hombre con los ojos vacíos y una mueca déspota me saluda, abre sus brazos mirándome e insiste en un susurro que lo abrace.
Terriblemente compungido, acelero el paso. No comprendo qué ha pasado. Abro la puerta de mi hogar y me dejo caer en una silla, derrotado.
Algo reluce delante, olvidado.
El engranaje que acciona mi corazón
Texto: David Nortes Baeza