Después de nosotros. Los restos del naufragio.

Publicado el 12 octubre 2016 por Criticasen8mm @Criticasen8mm
Título original:
L´économie du couple (After Love)
Año:
2016
Fecha de estreno:
14 de octubre de 2016
Duración:
100 min
País:
Bélgica / Francia
Director:
Joachim Lafosse
Reparto:
Bérénice Bejo, Cédric Kahn, Margaux Soentjens, Jade Soentjens, Tibo Vandenborre, Philippe Jeusette, Annick Johnson
Distribuidora:
Karma
Un plano secuencia con música triste acompaña a cada miembro de la pareja por separado entrando y saliendo de una estancia para ir al frigorífico y luego reencontrarse, sentados, con la mirada perdida. Ella rompe la continuidad del plano al salir a otra habitación. Aunque esta secuencia tiene lugar a mitad (o más) del metraje, es el espejo de una realidad desde el inicio de la película: la imposibilidad del seguimiento de la pareja como un todo a pesar de compartir un techo. Su relación está rota, no hay vuelta atrás. Sin embargo, están los restos de ese naufragio conyugal que van más allá de lo material, lo financiero y lo paternal. Joachim Lafosse presenta Después de nosotros, una mirada intimista al proceso de separación y reorganización de una pareja.
No es casual conocer a la familia en plena desestructuración con total desconocimiento de su pasado amoroso. A Lafosse no le interesa el cómo se ha llegado al desamor si no que introduce la trama de lleno en los odios, reproches, enfados, tristezas y desazones perennes de esta pareja obligada a convivir por la coyuntura económica del otrora marido -y siempre padre-. Hay una inversión de roles, en el sentido histórico, en cuanto a que es la mujer quien aporta el dinero a la familia y el hombre se erige como el "mantenido". Ambos quieren dar a entender que no pueden separarse del todo porque reclaman lo material, aquellas cosas aportadas a lo largo de quince años de relación. Ella reclama la casa pues puso el dinero; él también la reclama, hizo la reforma con sus manos. ¿Quién tiene más derecho sobre esos bienes? Un reparto equitativo del dinero sería lo justo a ojos de él, aunque ella insiste en que pagó la casa.

Y mientras tanto, las gemelas. Ante todo, han olvidado el otro motivo de esa convivencia forzada. Son padres. Lafosse incide en la mundanidad del día a día, de esa cotidianidad opresiva y opresora, en una casa que actúa como cárcel ya que es prácticamente el único escenario de la película con el objetivo de transmitir la desesperación de una pareja incapaz de entenderse. Lafosse se vale de una realización limpia y natural, de planos cercanos, dejando fluir las interpretaciones de un reparto encabezado por Bérénice Bejo -en un papel con reminiscencias a El pasado– y Cédric Kahn. Quizá Lafosse no quería juzgar a sus personajes por cómo trata de equilibrar sus acciones/reacciones; no obstante, a Bejo le ha tocado el papel más feo pues en ella recae el peso de la relación y está presentada desde un prisma más negativo en tanto que sus emociones -una profunda mirada de tristeza infinita- parecen mucho más sentidas que las de Kahn.

Volviendo a Asghar Fahardi, Después de nosotros recuerda a ese magistral drama doméstico titulado Nader y Simin. Comparten el tema del divorcio y las consecuencias en los hijos. Comparten una dirección directa, concisa y sin ambages. Comparten la crudeza de su puesta en escena embebida en la tiranía de lo cotidiano. En lo doloroso de finalizar una relación. En el minimalismo como forma de expresión -miradas, gestos, silencios-. En la dificultad de pasar de página. Y este Después de nosotros, en su título original, hace alusión a la economía de la pareja (L´économie du couple) en un doble juego semántico: lo que aporta uno a la pareja y/o la posición social que el dinero te otorga. Uno es siempre más pobre que el otro (uno ama más que el otro). Y esa dependencia económica -ya no es por el bien de las niñas- influye para seguir viviendo juntos a pesar del fin del romance. Así son las separaciones en el siglo veintiuno. Lafosee propone un hecho brusco casi al final del metraje como una llamada de atención para salir de la espiral sin sentido en su no-relación; como un método de tomar conciencia de otras obligaciones adquiridas para toda la vida. Y es que, después del amor, aún permanecen unidos pero en otro ámbito. 
7/10