Inicialmente, los rusos comenzaron colaborando con las oficinas de información japonesas y posteriormente en diversas unidades militares encargadas de la seguridad de instalaciones militares y acciones anti-partisanas. Entre ellas sobresale el Destacamento Asano, que formaba parte del prestigioso Ejército de Kwantung y al mando del mayor Asano Makoto. La mayoría de sus miembros eran miembros del Partido Fascista Ruso, creado por Konstantín Rodzayevski.
Esa unidad secreta, con uniforme japonés, comenzó realizando operaciones de sabotaje y reconocimiento en los territorios soviéticos del Lejano Oriente y Siberia con el fin de preparar una futura invasión japonesa.
Un par de años después de la derrota japonesa de Jaljin Gol, los nipones desecharon el plan Kantokuen de invasión de la Unión Soviética y la invasión quedó definitivamente cancelada en 1943. Por ello el Destacamento Asano abandonó las operaciones de sabotaje e información para pasar a ser una unidad regular dentro del 162º Regimiento de Fusileros de Manchukuo.
A primeros de agosto de 1945, los soviéticos invadieron Manchuria y algunas unidades japonesas formadas por rusos combatieron contra sus compatriotas del Ejército Rojo pero prácticamente fueron aniquiladas en un maremágnum en el que en numerosas ocasiones no se sabía quien era amigo o enemigo. Pero la generalidad de los rusos manchúes decidieron abandonar a los japoneses y tomar las armas contra ellos.
Para la mayoría de los miembros que seguían con vida del Destacamento Asano, aún no habia acabado la guerra. Los servicios de contra-inteligencia soviéticos llevaban el tiempo suficiente como infiltrados entre los ciudadanos rusos de Manchuria y conocían las actividades de prácticamente todos ellos. Fueron llevados a la URSS, donde fueron juzgados por traición. La mayor parte de los oficiales fueron ejecutados y el resto pasó muchos años en el Gulag.
Para saber más:
Russian Fascism: Traditions, Tendencies, Movements, de Stephen D. Shenfield
Rusia Beyond