Destellos del evangelio en El Hobbit

Por Protestantes @periodistadigit

J.R.R. Tolkien no imaginaría hasta dónde podía llegar aquella historia que comenzó a dibujar en su mente para entretener a sus hijos antes de dormir.

El hobbit no era más que un cuento nocturno a finales de los años 20, según relata el hijo del escritor, Christopher. Sin embargo, fue cimentándose en la mente del escritor como una historia más épica y oscura que daría luego paso a todo el universo de la Tierra Media, que se desarrollaría ampliamente en su obra cumbre, El señor de los anillos.

En la película que estrena hoy el neozelandés Peter Jackson, El Hobbit: La desolación de Smaug la historia avanzará por caminos más oscuros y peligrosos, haciendo que el tono cristalino y aventurero de la historia se vaya tiñendo con los peligros que afrontan Bilbo y sus compañeros de viaje hacia el tesoro bajo la montaña que guarda un temible dragón.

La historia, que parece sencilla y apta para los oídos de un menor antes de dormir, va sin embargo tomando tintes dramáticos a medida que avanza. Cuanto más cerca están los protagonistas del tesoro, más se acentúa la oscuridad, no sólo en el entorno que les rodea, sino en el interior de su ser y en lo que mueve sus intenciones más profundas.

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