Desubicación

Publicado el 01 julio 2011 por Miguelmerino

Todos se quedaron con cara de asombro. No podían creerlo. Luis le había devuelto la bofetada a Paqui dejando en su mejilla, blanca y fina, una estela rojiza. La primera sorprendida lógicamente fue Paqui. No esperaba en absoluto la reacción. De ahí que le hubiera cogido la cara de lleno.

- ¡Cobarde! – Le imprecó. – A una mujer no se le pega. – Continuó medio lloriqueando

Ahora le tocó el turno a Luis de sorprenderse.

- Tú no eres una mujer. – Argumentó, no exento de lógica. Paqui tenía trece años y el apenas había cumplido los once.

- Tío, a una chica no se le pega, eso es de cobardes. – Corroboró su amigo Roberto.

- ¡Pero chacho, si es la Paqui! – Decía Luis cada vez más sorprendido por la actitud de la pandilla y por los lloriqueos de la Paqui.

Luis no dejaba de dar vueltas a su cabeza. Sus amigos se habían pasado la vida burlándose de él porque Paqui le vapuleaba a modo constantemente. En vano intentaba justificarse argumentando que la Paqui era mayor que él, más grande y más fuerte, de hecho le sacaba una cabeza y casi treinta kilos. Pero los amigos no hacían caso a este argumento, y le decían que como podía dejarse pegar por una niña, que era un cobarde y una vergüenza para los de su sexo. Y ahora, que le había plantado cara y devuelto la bofetada que previamente ella le había dado, ahora, que tenía a la Paqui allí llorando delante de él, ahora, resultaba que volvía a ser un cobarde, que los hombres no actuaban así ante las mujeres, que volvía a ser una vergüenza para los de su sexo. Definitivamente Luis no terminaba de encontrar su lugar en el mundo.

¡Qué digo el mundo!  ¡Ni siqueira en su pandilla!