Este versículo de Efesios es tan hermoso, porque se atreve a hacer una declaración sin precedentes que nos da una clara idea de nuestra identidad y de la manera en que nuestro Padre Eterno nos ve. Muchos creen que no son más que un descuido de sus padres, que son el producto del azar, que mejor fuera que no hubieran nacido y que no son más que un error.
Pero el Espíritu Santo por medio de Pablo en este versículo nos dice que somos mucho más que lo que podamos opinar o creer, nos dice que somos hechura de Dios, y la palabra para hechura es la palabra griega poiéma, esta palabra se utiliza para definir algo que es hecho a conciencia, como un artesano que hace una vasija, como un pintor con un cuadro, como un escritor que escribe un poema.
Pero esta palabra va mucho más allá aún, nos habla de algo que no solamente es hecho a conciencia, con intención y cuidado, ¡pero que es la obra maestra de alguien! Lo que quiere decir que el versículo podríamos leerlo como que SOMOS LA OBRA MAESTRA DE DIOS.
Tu eres lo que Dios ha dicho, no lo que tu sociedad diga, lo que tus amigos digan, lo que tu familia diga, ni siquiera lo que tus pensamientos digan, la verdad es que tu eres aquello que Dios ha dicho que eres, lo creas o no y Dios dice de ti: ¡eres mi obra maestra!
Por cuanto eres su obra maestra, camina a la altura de tu llamado, cree lo que Él ha dicho, porque Él es Dios, levante y camina en las obras hermosas y preciosas, como tu, que Él preparo de antemano para que hagas, porque una obra maestra merece hacer cosas grandiosas.
Que hoy y siempre puedas caminar con este pensamiento en tu mente: eres la obra maestra de Dios, no vas a ver una obra maestra en un basurero, no vas a ver una obra maestra siendo pisoteada ni siendo usada en cosas viles; tampoco la veras escondida ni guardada simplemente, una obra maestra se muestra al mundo para que todos puedan verla y por medio de ella dar gloria y honra al artista que lo produjo, eso eres tu para Dios, aquél que le da gloria por medio de todo lo que haces día a día y porque eres una obra maestra te digo nuevamente: camina a la altura de tu llamado, permite que todos puedan ver cuan gran artista es nuestro Dios, ¡brilla donde quiera que estés!
¡Dios te bendiga!