¡Vamos al lío!
1. ¡Mi agenda! No puede faltar.
Porque sin ella no soy nada: tiendo al despiste y es una herramienta que me ayuda muchísimo en mi trabajo. Suelo confiar en las de Tantanfan porque son bonitas, de calidad y tienen anillas, que es algo que necesito para que me resulte cómoda y para que me duren porque con el trote que les doy, si no son así las deslomo literalmente.Aunque en Instagram tienes un vídeo con esta, te enseño por aquí algunos detalles:
Otras herramientas que siempre repongo son los post it, que también me ayudan mucho con la organización de mis cosillas y bolis. Estos de Tiger escriben muy bien; aunque sean de colores distintos, escriben todos negro.
2. Lecturas para las tardes de otoño.
Ya sabes que leer es uno de mis grandes hobbies. Y ya me acompañan una lectura de ficción y otra tipo ensayo. Aunque te hablaré de ambas en más profundidad, te cuento que la novela es el primer thriller japonés que leo: me gusta la novela asiática, pero no había leído este género dentro de ella aún. El ensayo es de mi apreciado Gabor Maté, de quien te hablé en este post.
Además, nada como una velita para ambientar mi rincón de lectura y esta de Primark me ha sorprendido porque HUELE de forma muy duradera y muy rico, a calabaza-latte con caramelo.