DETALLES (Crónica 3ª semifinal Certamen Internacional de Escuelas Taurinas “La Malagueta”)

Por Malaka

Plaza de Toros de La Malagueta – Miércoles 8 de Agosto 2012
VII Certamen Internacional de Escuelas Taurinas

Más de tres cuartos de entrada. Se lidiaron 6 erales de Esteban Isidro (propiedad de la Casa Chopera) impecables de presentación. Buenos en general.

JUAN PABLO LLAGUNO (E.T. Aguascalientes): pinchazo y estocada caída al encuentro (Saludos tras aviso)
SAMUEL ORTÍZ (E.T. Málaga): estocada atravesada, cuatro descabellos (Silencio tras aviso)
JAVIER MORENO (E.T. Badajoz): estocada tendida (2 orejas)
DAVID GONZÁLEZ (E.T. Madrid): pinchazo, estocada, un descabello (Saludos desde el tercio tras aviso y leve petición)
JOSE ANTONIO PÉREZ (E.T. Salamanca): estocada delantera, caída y perpendicular, y estocada (1 oreja tras aviso)
JONATHAN JIMÉNEZ (E.T. Algeciras): dos pinchazos y pinchazo hondo contrario (1 oreja tras aviso)


DETALLES (Crónica 3ª semifinal Certamen Internacional de Escuelas Taurinas “La Malagueta”)

Por José Daniel Rojo

Subió, y con diferencia, la presentación del ganado en la tercera semifinal del certamen. Lo lidiado los dos primeros días bajaron mucho el nivel con respecto a lo que compraba Puche. Sin embargo, a la novillada de hoy, con el hierro de Esteban Isidro y propiedad de los Chopera, no se le puede reprochar nada. Con cuajo y valederos casi todos. El menos lucido fue el que correspondió en suerte al malagueño Samuel Ortiz que se estrelló con un flojo burraco, precioso de lámina, pero que no dio opciones al joven aspirante a torero que mostró buenas maneras desde que se abrió con el capote. El eral con embestida rebrincada trataba de defender su escasez de fuerzas y se quedaba a mitad del muletazo. Estuvo firme y decidido Samuel que, sin opciones por las condiciones de su oponente, ha firmado la actuación más digna de los tres representantes malagueños en este certamen.

Muy suelto anda el mexicano Juan Pablo Llaguno. Se le ve toreado y con seguridad delante del animal, pero no supo aprovechar las buenas condiciones de su novillo que aunque marcó querencia durante toda la faena, tenía bastante calidad. Abusó de pico y en la mayoría de los muletazos tan solo aprovechó el viaje del animal olvidándose de que torear es algo más que eso. Hizo bien en esta ocasión el presidente Trujillo en no atender a la petición de oreja.

La escuela taurina de Badajoz está en buen momento y aquí en Málaga llevamos siendo testigo de ello en los últimos años. Ayer fue representada por Javier Moreno, un chaval que si bien conectó con los tendidos, tiene que aprender a guardar las formas y sobre todo a torear mejor. Tienen la manía ahora los aprendices, lo que ven en las figuras, de sacar al ruedo a la persona a la que deciden brindar la faena. Moreno quiso brindar a su compañero de escuela José Garrido, que cayó levemente herido en la novillada del martes, y le hizo salir al ruedo. La autoridad callada y los alguacilillos también. Eso no se puede permitir. Luego mandó a los banderilleros en varias ocasiones a que le trajeran el novillo de un lado a otro y a que le trajeran la muleta cuando la perdió en la ejecución de la suerte suprema. Órdenes que dio de muy feas maneras que se percibieron desde el tendido. La faena con mucho adorno pero poco toreo. No era capaz de dar series de más de tres muletazos porque se echaba al novillo encima. El público, qué no aficionados, se enloqueció ante el destoreo del pacense que fue premiado excesivamente con dos orejas.

Se esperaba más del representante de la escuela de Madrid, pues siembre suelen venir bien preparados sus alumnos. En esta ocasión David González resultó muy soso y vulgar.

El salmantino Jose Antonio Pérez tuvo un gran novillo que tampoco supo aprovechar. Quiso templar desde los inicios de su faena instrumentando dos tandas aceptables por el pitón derecho. Luego hubo mucho enganchón pero de igual manera el chaval salía super feliz de cada tanda, con una especie de convulsiones que parecieron ser desplantes. Todo fuera por sacar unas palmitas del respetable.

Y cerró la tarde el algecireño Jonathan Jiménez que vino a ser el populista, el mediático de la tarde. Entiéndase por populista aquel que hace de todo menos torear. Ejemplos: irse a la puerta de chiqueros con una silla para recibir sentado a su oponente; banderillear a toro pasado; provocar para que la gente te llame torero, torero; estar más pendiente del tendido que del animal. Lo que viene siendo un cuentista; no lo malinterpreten. Lo más positivo del chaval es que gustando más o menos, toreando mejor o peor, estuvo en actitud novilleril. Algo que quizás sí hemos echado en falta en todo el certamen, pues venían los alumnos como si tuvieran la temporada repleta de contratos.

En cualquier caso ha sido un certamen que, en cuanto a novilleros, ha estado a muy bajo nivel. La prueba de ello es que de los tres finalistas tan solo uno, José Garrido, ha pasado por méritos propios. Los otros dos, Juan Pablo Llaguno y Javier Moreno han sido los menos malos.

Sin abusar de paisanaje, pues sabéis que nunca he defendido esa postura, el malagueño Samuel Ortiz dejó ayer ganas de volver a verlo, pues no tuvo rival que le permitiera ver sus posibilidades. Y en el cartel de la final, visto lo visto, no habría caído tan mal.