Uno de los edificios más emblemáticos de Palma, la Lonja, esconde algunas curiosidades que pueden tener cierta gracia, como el detalle que mencionaré en las siguientes líneas: La virgen de la “rana”.
Antes de hablar sobre esta virgen, merece la pena mencionar que la Lonja es uno de los ejemplos claves del gótico civil en Mallorca, y no, nunca se ha vendido pescado. Resulta que el comercio fue una actividad económica clave para la ciudad en época medieval. El Colegio de Mercaderes, también conocidos como Defenedors de la Mercaderia, decidieron construir un edificio que funcionó como bolsa mercantil y lugar de reunión de los mercaderes para gestionar sus negocios. Buscaban tener un edificio que mostrase su poder económico y en 1426 contrataron a uno de los artistas más famosos del ámbito mallorquín, Guillem Sagrera. Es posible que debido a una serie de problemas, huyó de Mallorca hacia Nápoles, donde también dejó su huella en el Castel Nuovo. Y fue uno de sus discípulos, Vilasolar, quien se encargó de finalizar la obra.
En el lado opuesto tenemos la que conocemos tradicionalmente como Mare de Déu del Granot, o de la Rana, si traducimos al castellano. Aunque debemos ser sinceros, no existe ninguna rana. Se trata de la representación de la Vírgen con el niño (en este punto debo mencionar que la denominación de María en Mallorca es Madre de Dios, Mare de Déu y no Vírgen). Sobre ella sobrevolaría la figura de un ángel con los pies levantados hacia arriba, aunque a día de hoy no lo parezca. ¿Vosotros que veis, un ángel o una rana?
PaullusHistoricus
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