Detectives de principios del siglo XX

Publicado el 10 febrero 2014 por Celiaganzano @Cocinista

Esta vez nos vamos de caza con el escritor americano Clive Cussler. Obviamente, se trata de una caza al delincuente y viene de la mano de una novela que se titula precisamente así: The Chase (La caza). Cussler es un prolífico escritor con más de 50 novelas en su haber, la mayor parte protagonizadas por su personaje más famoso Dirk Pitt, un biólogo marino amante de la acción. Pero esta novela que nos ocupa hoy pertenece a una serie más pequeña de sólo tres obras cuyo protagonista es Isaac Bell un apuesto, inteligente y muy rico detective cuya gran pasión es meter a los malos detrás de rejas.

La historia empieza en 1950 con la repesca de un tren hundido en el lago Flathead en el Estado de Montana. Rápidamente la novela nos traslada a 1906, año en el que se inician los acontecimientos que acaban con el hundimiento del tren en el lago. The Chase trata de la caza y persecución del bandido apodado “El Carnicero” por parte del ya mencionado Isaac Bell, un súper detective frecuentemente contratado por el americano para detener a los más peligrosos y escurridizos delincuentes de la época. Además de la trama que es amena y rápida, destaca el esfuerzo de Cussler por reflejar la realidad de los Estados Unidos de 1906 y de ciertos acontecimientos que trastornaron al país. Describe ciudades, casas, vestimentas, usos y costumbres y se para además a mostrar con detalle la tecnología de la época, como sus automóviles, motos y ferrocarriles.

Como ya he dado a entender, la novela se lee fácilmente y de forma amena. El esfuerzo del autor por reflejar la forma de vida de la época es sin duda un inesperado valor añadido que el lector agradece. Y parte de ese realismo se refleja en el plato de elije Bell en una de sus cenas en un restaurante en San Francisco: mollejas de ternera en salsa bechamel. Nunca he probado un plato así dado que siempre he comido las mollejas rebozadas y fritas o hechas a la plancha, pero su sabor y texturas delicadas deben ir muy bien con la suavidad de una bechamel bien hecha. La próxima vez que las vea en el mercado y pueda hacer un extra con la salud (las mollejas tienen mucho colesterol y ácido úrico), creo que probaré a hacer la receta.

Y por cierto, una bechamel bien hecha suele llevar siempre un poco de nuez moscada, que deberás moler o simplemente raspar con un cuchillo justo en el momento de añadirla para disfrutar de todo su sabor.