Detectives victorianas
"Dejé que el hombre llegase al final de la escalera antes de comenzar a perseguirlo. Había practicado a menudo en casa, en plena noche, el arte de deslizarme a escondidas con cuidado y precisión para adquirir pericia y experiencia en una habilidad tan útil para un detective [...]."
Fragmento del relato La condesa misteriosa en Detectives victorianasNos movemos en tiempos de reivindicación. Las mujeres no desean ser seres sumisos, objetos relegados a un rincón y sometidos al capricho de los hombres, depender de su bondad, de que quieran tratarnos bien o mal. Las mujeres queremos ser reconocidas como la otra mitad del mundo, como iguales, como los seres humanos que somos nosotras también. No podía salir en mejores fechas, que en los inicios de este 2018 particularmente feminista, la antología de relatos presentada por Ediciones Siruela. Me refiero a Detectives victorianas. Las pioneras de la novela policíaca
Aunque es un poco decepcionante que la mayoría de los relatos fueran escritos por hombres (por otro lado normal, dado los tiempos que corrían), es de agradecer que algunos ya se plantearan introducir en sus obras protagonistas femeninas con la inquietud y las aptitudes para resolver terribles crímenes, sin necesidad de desmayarse, y evidenciando un gran intelecto (nada tienen que envidiar a Holmes). En la introducción que acompaña a esta antología, se abordan interesantes cuestiones sobre el papel de la mujer en aquellos tiempos, dentro y fuera de la literatura. Como explica Michael Sims (la persona encargada de seleccionar los relatos), hablar de mujeres detectives era verdadera ciencia ficción, todo un adelanto a su tiempo, ya que sentaron las bases para la posterior aparición de personajes tan relevantes en este género como Miss Marple, y abrieron la posibilidad de que, algún día no tan lejano, las mujeres pudieran trabajar en campos reservados tradicionalmente a los hombres. Dicha antología está compuesta por los siguientes títulos (cuyas tramas no voy a resumir, ya que es mejor leérselos y la entrada resultaría demasiado larga):
- La condesa misteriosa de W. S. Hayward.
- El arma desconocida de Andrew Forrester hijo.
- Dagas dibujadas de C. L. Pirkis.
- El brazo largo de Mary E. Wilkins.
- El asunto de la puerta de al lado de Anna Katharine Green.
- El hombre de los ojos feroces de George R. Sims.
- La aventura de la anciana quisquillosa de Grant Allen.
- La muesca del bastón de M. McDonnell Bodkin.
- El hombre que me cortó el pelo de Richard Marsh.
- El hombre que tenía nueve vidas de Hugh C. Weir.
- La segunda bala de Anna Katharine Green.
Otro asunto que destacar, es que la imagen de portada del libro (una dama victoriana en bicicleta) no es por casualidad. Muchas de nuestras detectives se moverán en dos ruedas para desplazarse a lo largo de sus investigaciones. Los primeros vehículos y, en especial, la bicicleta se convirtieron en un gran medio para muchas mujeres que obtuvieron más independencia para moverse a su antojo. Esto también suscitó preocupación y críticas, dado el modo poco decoroso de sentarse al sillín y la necesidad de acortar las faldas para no enredar el vestido en la cadena y los pedales. Algo tan sencillo y práctico se volvió característico de mujer más modernas y de ideales más progresistas.
Detectives victorianas. Las pioneras de la novela policíaca es una antología con la que he disfrutado mucho. Como ocurre en todo compendio de relatos, siempre hay unos que gustan más que otros, pero el resultado para mí ha sido más que satisfactorio y entretenido. En más de un crimen, me estrujé la neuronas tratando de descubrir al culpable y me encantó a acompañar a estas pioneras detectives en sus casos. Una antología, además, ordenada cronológicamente que nos permite ver la evolución del papel de las mujeres detectives dentro del género, desde mediados del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Un libro muy recomendable. ¡Mil gracias a Ediciones Siruela por el ejemplar!
Os animo encarecidamente a no quedaros sin descubrir los demás títulos que conforman la completísima colección creada por
Ediciones Siruela:- Un hombre muerto (reseña) y Un asesino en escena (reseña) de Ngaio Marsh.
- Una dirección equivocada (reseña) de Elizabeth Daly.
- Misterio en blanco (reseña) de J. Jefferson Farjeon.
- La muerte espera en Herons Park (reseña) de Christianna Brand.
- Muerte de un aviador (reseña) de Christopher St. John Sprigg.
- Muerte en la rectoríai (reseña) y ¡Paren las máquinas! (reseña) de Michel Innes.
- El úlimo caso de Philip Trent (reseña) de E. C. Bentley.
- Los mejores casos de Max Carrados de Ernest Bramah.
- Asesinato en el laberinto de J.J. Connington.
Argumento: En los últimos años de la era victoriana, la opinión pública británica estaba fascinada —¡y preocupada!— por esa sospechosa figura conocida como la nueva mujer. Montaba en bicicleta, conducía esos peligrosos automóviles y no le gustaba en absoluto que le dijeran lo que tenía que hacer. También en la novela policiaca, estas mujeres rompían todas las reglas: en lugar de asistir a recepciones para tomar el té y conversar sobre las últimas tendencias de la moda, estas detectives pioneras preferían perseguir a un sospechoso bajo la espesa niebla de Londres, tomar ellas mismas las huellas dactilares a un cadáver o, incluso, cometer algún delito menor para así resolver un caso especialmente difícil.
Esta antología reúne por primera vez a las más grandes luchadoras contra el crimen de la época —y también a algunas selectas delincuentes—, como Loveday Brooke, Dorcas Dene o Lady Molly, predecesoras de las modernas damas del crimen. Relatos inteligentes, dinámicos y extremadamente divertidos, de mujeres que, por fortuna, se negaron a ocupar el estrecho lugar que la sociedad les tenía reservado.COMPRAR