Decenas de Damas de Blanco y activistas fueron víctimas de detenciones arbitrarias y de agresiones físicas en varias provincias cubanas por participar en la campaña #TodosMarchamos, que exige una amnistía para los presos políticos y una lucha constante porque se respeten los derechos humanos en la isla, denunciaron.
Los arrestos, se dieron con violencia y no distinguieron entre hombres y mujeres para que la policía local aplicara todo el uso de su fuerza, explica la Unión Patriótica de Cuba (UnPaCu).
“Varios de los detenidos tienen huellas claras de los golpes que recibieron. La cifra de los detenidos sobrepasa los 300. En Guantánamo tenemos el caso de una mujer embarazada de dos meses que empujaron y metieron abruptamente a un auto patrulla mientras golpeaban a sus compañeros”, explicó desde Cuba en una entrevista vía telefónica con Univision Noticias, José Daniel Ferrer, secretario ejecutivo de UnPaCu.
Ferrer, quien estuvo preso durante ocho años como uno de los detenidos de la llamada Primavera Negra cubana, volvió a vivir en carne propia una detención: se encontraba dando un discurso en un local en el que hablaba sobre la violación de leyes y a los derechos humanos en la isla cuando la policía llegó por él.
“Enfatizaba que al gobierno no le importa la suerte de las familias y que hay varias figuras que gastan miles de dólares en hospedaje a costa del pueblo. Fue cuando llegaron [la policía] y me dijeron que los acompañara”, explica desde La Habana.
A Ferrer lo esposaron por la espalda y aunque no fue víctima directa de violencia física, le pusieron las esposas muy apretadas y lo pasaron a un cuarto en donde lo custodiaron tres policías.
“Me dejaron ahí por unas seis horas hasta que por la tarde me liberaron”, agrega.
Los arrestos dominicales se han convertido en la nueva “moda” del régimen de los hermanos Castro, especialmente a las Damas de Blanco, que cada domingo protestan pacíficamente contra el Gobierno a la salida de las misas del mediodía.
En esta redada, la mayor parte de las detenciones ocurrieron en las provincias de Santiago de Cuba, con 121 y en La Habana, donde entre las Damas de Blanco y miembros de otras organizaciones prodemocráticas se habla de una cifra superior a los 90, denuncia UnPaCu.
La UnPaCu agrega que en Camagüey, Guantánamo, Holguín, Las Tunas, Pinar del Río e Isla de la Juventud también se reportaron detenciones arbitrarias de ciudadanos que “solo intentaban ejercer su legítimo derecho a la libertad de reunión y manifestación pacífica”, según un comunicado de prensa.
Un caso extremo, según Ferrer, ocurrió a dos o tres kilómetros del Santuario Nacional del Cobre, en donde “estuvieron desnudando a varias activistas mujeres porque les buscaban cámaras ocultas o cualquier dispositivo que pudiera captar una imagen”.
Pero las agresiones no fueron solo contra los opositores sino también contra sus sedes: dos de la UnPacu, en la región oriental, fueron allanadas, robadas y objeto de vandalismo.
“Una vez que llego a la vivienda en donde vivo, que es nuestra sede de trabajo, veo que todo está muy dañado. Hay rupturas, la bandera cubana está arrancada, los escudos, hay papeles rotos con las declaraciones de los derechos humanos. Además está la pérdida de 5 mil hojas impresas y varios centenares de discos. Hasta el dinero para la alimentación se llevaron”, explica Ferrer.
La cosa aquí no paró: “Asaltaron, tiraron huevos podridos contra una sede en Buenaventura. En Holguín tenemos detenidos que han estado entre dos y ocho horas bajo resguardo. Incluso hay cinco activistas que aún no han sido liberados y sabemos que cuando alguien generalmente está muy golpeado, buscan extender y alargar la detención para que las huellas se vayan borrando. Nos preocupa porque ha sucedido muchas veces”, explicó Ferrer.
Equipos celulares y de cómputo también fueron sustraídos de sus inmuebles. Los que logran conservar, suelen ser desconectados. Ferrer cuenta que la Brigada Especial de la Policía se lleva todo lo que pueda documentar sus allanamientos.
“Hay móviles que dejan sin servicio. Las trabajadoras muy sinceras te dicen que eso se los ordena el Ministerio del Interior y que hay que hacerlo les guste o no, sea legal o no”, dice Ferrer.
El activista explica que el único fin de estos violentos actos es el de generar miedo entre la población para que no se unan a su movimiento.
“El pánico, el miedo que quieren ejercer sobre la región. La orden viene de las máximas autoridades del régimen cubano, de Raúl Castro, del ministro del interior, de los altos dirigentes del partido comunista. La explicación es sencilla, la familia Castro no quiere perder el control absoluto que tiene sobre la sociedad. La población hace tiempo que no les cree pero el miedo y el terror los paraliza”, explica Ferrer a Univision Noticias.
Es por eso que, argumenta Ferrer, los activistas tienen que pensar un paso adelante para sorprender a los guardias y hacer cosas inesperadas dentro de su movimiento.
“Más de 200 activistas tenían la tarea de, mientras nosotros éramos detenidos, de llegar a las iglesias y parques y de manera pacífica pero sorpresiva se iban a regar grafitis, pequeños discursos en donde no se esperaran acciones de manera muy directa para que a la gente le puedan llegar nuestras acciones”, comenta Ferrer.
Ante este nuevo trago amargo, Ferrer dice que no se van a rendir: “Tenemos un gran reto y debemos de ser sinceros, no hemos podido articular, vamos avanzando pero los detenidos son cifras muy bajas para una población de 11 millones de habitantes. Debemos seguir atrayendo a ciudadanos para que tengamos a miles en las calles para que se respeten nuestros derechos humanos y nuestra democratización de la sociedad”, finaliza.
Univision