Detrás de la inteligencia artificial hay un cuñado (y es blanco y joven)

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Ya se sabe que hay palabras y familiares a los que le cae un sambenito, pasa con las madrastras que siempre son las malas de los cuentos, con las pobres suegras que protagonizan chistes malos y, en los últimos años, con los cuñados, como centro de todas las opiniones que nadie les ha pedido. El caso es que yo vengo a denunciar aquí que creo que detrás de la inteligencia artificial hay un cuñado. Cuando se empezó a hablar de la IA yo me lancé a probar cuantas encontré a mi paso, feliz de que pudieran ayudarme en las labores cotidianas (en las de oficina, claro, para las domésticas sirve poco). Lejos de escuchar las versiones apocalípticas, yo creo que este tipo de avances tecnológicos nos podrían ayudar a que el ser humano deje de realizar tediosas labores y disfrute más del tiempo libre. Mi fracaso ha sido total.

Sí, he preguntado a la supuesta inteligencia por cuestiones básicas del funcionamiento de las instituciones públicas y se ha olvidado en sus respuestas, por ejemplo, de la existencia de Canarias, Ceuta y Melilla. Le he dado cuatro opciones de resolución de una ecuación matemática y no ha dado con la buena. Y sí, me pide mil perdones cuando se lo hago saber y me dice que le encanta aprender conmigo, pero es que yo no doy clases y menos gratis. Se trata de que me quite trabajo, no de que me dé más, porque tengo que comprobar si es cierto lo que contesta. También le pedí que me transcribiera un audio a texto y la IA no sabe que existen los signos de puntuación y, además, decidió que algunas frases se las comía.

Y con las fotografías, pues me siguen dando miedo los resultados. Supongo que todo irá avanzando pero, ahora mismo, yo siento que la inteligencia artificial cree que sabe y que puede opinar de todo, pero que le falta mucho para ser certera y, sobre todo, sabia. Así que, lo siento, pero veo mucho cuñadismo en la IA, es más, le he pedido a una de ellas que me haga una foto de un "cuñado sonriente", sin decirle edad ni nacionalidad, y esto me ha hecho: un joven guapo y blanco, de sonrisa inquietante. No conozco yo muchos cuñados con este aspecto...