Siempre buscamos la verdad en nuestra vida! Como nos pasa con la felicidad, la verdad está en nuestro interior! Buscarla fuera es inútil, infructuoso y consume mucha de nuestra energía! Es más, cuanto más la buscamos y hablamos de ella, más se nos escapa de nuestras manos, como pasa con el amor o la propia felicidad! La verdad simplemente es y está en nuestro corazón! No hace falta buscarla, sino simplemente apartar todo eso que ocupa inutilmente nuestra vida y entretiene a nuestra mente, para que surja radiante de nuestro interior! Es la profundidad serena del mar de las emociones por la que encima transitan las olas de nuestra vida! La reconocemos porque, después de demasiado tiempo buscándola, su mágico encuentro nos abre el corazón y nos invita a vivirla con amor, lo que sin duda, nos trae la felicidad!
Así, verdad, amor y felicidad van siempre unidas de la mano, ninguna de ellas es posible sin las otras dos! El amor porque abre el corazón para permitir que salga la verdad de lo que sentimos interiormente por amor y la felicidad porque es lo que resulta de vivir la verdad con amor en nuestra vida! Tres piezas de un mismo puzzle que se combinan para dar sentido a nuestra vida, ya desde entonces plena! Y, como trapecistas en lo alto de un trapecio sin red posible que es la vida, han de estar en todo momento bien pendientes la una de la otra, no distraerse ni un segundo para poder hacer sus acrobacias en la vida… y obtener el resultado deseado, que no es otro que la verdadera felicidad!
La verdad es algo que está, precisamente, escondida detrás de todo eso que pensamos como cierto, de todas esas palabras que gastamos para intentar convencernos y convencer a los demás para hacer creer nuestra propia verdad y detrás de todos gestos desesperados que realizamos en nuestra vida para huir de nuestra propia verdad! Podemos intentar manipularla, hacerla a nuestra medida y creérnosla nosotros mismos, porque la verdad no siempre es cómoda para nosotros, no estamos acostumbrados a convivir con ella en este mundo loco y, muchas veces, nos da miedo mirarla de cara y, sobre todo, sentirla en el corazón, porque lo deja desnudo y vulnerable ante la realidad de uno mismo! Aunque por más que intentemos evadirnos de ella, ella está siempre en nuestro interior y tiene un eterno vigía que vela por ella, la Consciencia!
La Consciencia no necesita palabras, ni gestos, ni evidencias de lo que pasa en nuestro mundo exterior! La Consciencia es ahora y siempre, nada más! Y es inevitable, permanente y un eficaz guía de nuestra felicidad! La verdad y su valedor la Consciencia aspiran a hacerse realidad en nuestra vida! Podemos intentar renunciar a ella durante un tiempo, pero, como la felicidad, es lo que da sentido a nuestras vidas, lo creamos o no… aunque tengamos toda nuestra vida para lograr reencontrarnos con ella e invitarla a nuestra realidad!
También es verdad que, como casi todo en la vida (incluyendo el amor), puede utilizarse como un arma arrojadiza e intentar imponerla a alguien más por que deseamos su felicidad, aunque cuando hacemos esto es, precisamente, porque se trata de nuestra propia verdad, una parte sesgada y conveniente de la Verdad!! Pero también es verdad que cualquier amor exije respeto a la libertad del otro por quererla conocer y vivir! Pero, en cambio, el amor verdadero deja de ser una manipulación mútua y se convierte en el privilegio de unos pocos de compartir la verdad que cada uno ya siente, acepta y vive, en el momento oportuno de ambos para alcanzar la felicidad común! Y, como la verdad es eterna, eso hace de ese amor algo eterno y pleno!
La realidad cambia a cada instante y eso a veces nos inquieta! La verdad, en cambio, es inalterablemente cierta en nuestra vida, por lo que nos produce paz! Y la paz interior es el primer y necesario escalón para llegar al amor! Podemos resistirnos a ver y aceptar la realidad, pero nunca a sentir y aceptar la verdad! Pero también es cierto que la verdad acude cuando acude a nosotros, cuando la dejamos emerger de nuestras profundidades (proviene del Alma, no entiende de tiempo ni de espacio), tenemos el corazón bien abierto y estemos preparados para mirar su mirada sincera, contundente y clarificadora!
La verdad aparece siempre tras nuestras palabras, en el silencio con nosotros mismos y se manifiesta porque nos hace sentir y vivir la vida con serenidad! Por tanto es dejando fluir la vida, sintiendo lo que sentimos en cada momento y no renunciando a ello, cuando reaparece la verdad y nos permite vivirla y compartirla para alcanzar la verdadera felicidad! Gracias vida por permitirme ahora ya vivir, no ya solo mi propia verdad como siempre había hecho, sino descubrir la verdad que hay en mi interior cada vez que se manifiesta en mi vida y ante mis ojos, que resuena en mi interior y se convierte en verdadera y mágica felicidad… y así poder verla en una mirada amada y vivirla con quien también siente, vive y ansía compartir la suya conmigo, con amor!
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