Desde que me enteré de la nueva propuesta de Mediaset, "La Voz Kids", me chirrió bastante, pero no quise pronunciarme hasta al menos ver concretamente el formato de programa.Antes de nada he de decir que el trato dado a los niños es excelente, se les trata de forma muy respetuosa (faltaría más) y los couches son bastantes cariñosos y comprensivos con ellos, intentado que en el peor de los casos (no pasar a la siguiente fase del programa) se lo tomen lo mejor posible, dándoles el mejor de los calores.
Pero una cosa no quita la otra... El formato "La voz" no lo veo mal, para gustos los colores, a algunos les gustará más, a otros menos, y otros lo desprestigiarán. Pero el fin es un programa divulgativo musical. El formato como ya he comentado puede ser cuestionado de mil formas, pero creo que muchos deberíamos estar de acuerdo en que este tipo de programas son mucho más constructivos que otros, creo que os imagináis a los que me refiero...
Que se haga con adultos hasta cierto punto es lícito, pero que se haga con niños... La sociedad que hemos construido se pudo ver anoche plasmada en la gala. Niños que afirmaban rotundamente que su mayor sueño es ir por la calle, ser reconocidos y firmar autógrafos... Por favor, todas esas acciones deben ser consecuencias de un proceso de trabajo y sacrificio por vocación y por amor al arte... no la intención de todo esto. Y ello mismo es lo que fomentan formatos como estos, la industrialización del arte, de la música...
Que en la televisión de hoy en día se fomente y se ilusione a jóvenes con castillos de aire no me parece nada justo. A nuestros pequeños debemos enseñarles que la constancia, el esfuerzo y el tesón son los pilares fundamentales del logro, y que todo lo demás ya llegará si es que llega.
Quizás mucho me juzguen de extremista, y quizás lleven razón, pero también quizás este humilde artículo realizado desde el más respeto sirva para hacer pensar a algunas personas. Con eso me conformo.
Reitero, todo en la vida hay que trabajarlo, nada cae del cielo, y todo lo demás es secundario. Y sobre todo tener ilusión y pasión por los objetivos mismo que nos propongamos, no por aquello que le rodee.
Fdo. Marga CastroLadeManué@Revuelos_