Dexter 08x12: Remember the Monsters? - Series Finale

Publicado el 24 septiembre 2013 por Alfredo Eduardo López Liñares @BackInMadrid

Venía viendo al día los capítulos de Dexter, al ritmo de USA pero llevo retraso con los reviews de cada episodio. Sin embargo tengo que hablar del final de la serie hoy mismo.
De todas formas luego iré terminando mi análisis capítulo por capítulo en las próximas semanas para quienes estén siguiendo este blog.

Dexter, como toda obra maestra tiene una estructura cuidadosamente diseñada. Se divide en actos como las operas, pero hay un punto clave de inflexión, que no casualmente ocurre justamente a la mitad. La muerte de Rita.
Fueron cuatro años de construcción del personaje y cuatro años para destruirlo. Y cuando digo destruirlo no me refiero en absoluto a la serie en sí, sino al personaje, a Dexter Morgan y sus infinitas máscaras, mentiras, secretos.
Dexter se puso a los escépticos televidentes en el bolsillo; mentiría quien diga que jamás empujó el cuchillo junto a él cuando había alguien en su “mesa” que mereciera la justicia del oscuro vengador. ¿Quién no colaboró con algunos martillazos en el cráneo de Trinity?
Esta ha sido una historia muy difícil de contar, porque Showtime además de mantener la rentabilidad de su producto, debía conformar a los fans y desarrollar un personaje que sea querible haciendo cosas horribles.

El final me ha parecido estupendo, perfecto para esta serie, sin estridencias ni giros violentos de último minuto como he visto en más de una serie.
Dexter murió.
Claramente, el camionero que transporta troncos con su barba anaranjada ya no es Dexter. Finalmente ganó el monstruo y la última mirada a la cámara lo devela. Quien de verdad haya visto la serie y se haya compenetrado con el personaje lo habrá entendido.
No entiendo en absoluto las críticas de muchos. Respeto todas las opiniones pero creo que quienes despotrican contra este final se han perdido algo. El protagonista es un asesino en serie, un psicópata, que por más matices que tenga es alguien que básicamente carece de los sentimientos que rigen al resto de los mortales.
Sabiendo esto, ¿quién puede suponer que Dexter iba a suicidarse? ¿Es que acaso le “brotó” una conciencia de la nada? Ese final hubiese sido decepcionante e incongruente con su personalidad.
¿Alguien pensó que sería detenido juzgado y encarcelado? Dexter estuvo arrinconado, al borde de ser descubierto en decenas de ocasiones y siempre supo escabullirse. Ni el veterano agente Frank Lundy del FBI, ni la capitana LaGuerta, ni el capitán Matthews, ni el fiscal Miguel Prado, ni el mejor sargento que tuvo Miami Metro, James Doakes, pudieron desenmascararle. ¿Por qué lo harían Batista y Quinn?

¿Pensaron que alguien iba a matar a Dexter? Muchos tuvieron esa desafortunada idea. El asesino del camión de hielo, la pirómana Lila West, el sargento Doakes, Miguel Prado, el mesiánico Travis Marshall y por supuesto el espeluznante Arthur “Trinity” Mitchell, entre muchos otros. ¿Quién iba a matarlo? ¿El codicioso detective de poca monta Elway? ¿el perturbado que no pestañeaba Saxon/Vogel? ¿El huracán “Laura”? ¿La gripe? Hubiese sido un pésimo final, cubierto de un moralismo hipócrita, muy propio de las series americanas pero poco realista.
¿Alguien quería que Dexter se fuera a vivir con su familia y trabaje en una panadería? ¿De verdad hay quien prefiera un final del tipo “y vivieron felices, comiendo perdices”? Gracias a los dioses no hicieron esto. Quien necesite una comedia romántica dispone de un amplio catálogo para elegir. Dexter es otra cosa, es un trago difícil para paladares curtidos.

¿Y Debra? Su destino se selló el día que vio a su hermano matando y el asesinato de LaGuerta la condenó a muerte. Era imposible otro final para la desgarbada de los Morgan. Claro que todos la queríamos y una vida con hijos, un perro y una casita en los suburbios hubiera sido mejor final para algunos, pero repito, esto no es una novela de la tarde. Su alma estaba atormentada, quebrada, irreversiblemente rota. Lo mejor que pudo pasar fue que su adorado hermano se ocupe de ella. Poderosa escena la de su muerte y su viaje final en el “Slice of Life”.

También leí a quienes despotricaban porque no se “cerraron” otras historias paralelas de la serie, como la de Masuka, Jamie, Astor, Cody y otros secundarios. Entonces me pregunto ¿A quién le importa? Por eso se llaman “secundarios”, son aderezos, adornos que acompañan a los protagonistas y aportan color, pero no podemos pretender que nos cuenten si el bar de Batista abrió sucursales o si la hija de Masuka tuvo gemelos. A mí al menos, no me interesa en lo más mínimo.
En definitiva, Dexter es una sola obra de ocho actos representando el surgimiento, apogeo, pasión, caída y tal vez, renacimiento de un monstruo único. Hay momentos para todos los gustos pero en su conjunto es una obra maestra con un final a la altura de su argumento, sin contemplaciones. En lo personal me deja un gran vacío y quisiera que hubiera una novena temporada, pero eso ya es puro fanatismo.

El ‘Oscuro Pasajero’ fue quien ganó, siempre…