Una de las tendencias actuales del cine francés es la plasmación del problema migratorio que vive el país junto a la necesidad imperante de utilizar las películas como vehículo para reflejar la interracialidad de este. Intocable, Samba, La clase o La profesora de historia son algunos ejemplos de obras cinematográficas recientes que se han preocupado por la incursión y adaptación de los inmigrantes en el país galo. Pero el tratamiento de este problema es en muchas ocasiones superficial y se basaba en la pura contraposición de las diferentes nacionalidades, razas, tradiciones y creencias.
En muy pocas ocasiones se ha abordado el tema de la inmigración desde un punto de vista tan interno y personal como en Dheepan, el nuevo film de Jaques Audiard. Quizás por esta razón consiguió alzarse con la Palma de Oro a mejor película en el pasado festival de Cannes. El director de las célebres De óxido y hueso y Un profeta construye un relato inteligente que explora el tema de la inmigración de una forma aparentemente original pero sin realmente ofrecer una mirada nueva y única a la temática estrella del cine francés.
Dheepan es un inmigrante de Sri Lanka que llega a Francia tras huir de la guerra civil junto a una mujer y una niña que se hacen pasar por su esposa e hija. Esta relación familiar de conveniencia les sirve a los tres para ser aceptados en el nuevo país. Tras superar varios calvarios la “familia” consigue ser incluida en una vivienda de protección social a cambio de que Dheepan ejerza como portero del bloque de viviendas. Un bloque conflictivo marcado por la venta y el consumo de drogas y otras actividades criminales.
Deephan se centra en dos ideas que va intercalando durante la película. En primer lugar los conflictos internos entre los tres inmigrantes de Sri Lanka que deben convivir juntos y ejercer públicamente unos roles que no son suyos. En segundo lugar, las problemáticas que tienen que ver directamente con la adaptación de los protagonistas en el nuevo entorno, donde el desconocimiento de la lengua es uno de los principales obstáculos que deben afrontar. Dheepan acierta por completo al aportar esta visión tan interna de la inmigración haciendo que el espectador empatice con los personajes y sufra el duro proceso de adaptación. Pero rápidamente se hace notable que este enfoque no es suficientemente potente como para sustentar todo el film y la necesidad de introducir una capa dramática en la que aflore toda la violencia contenida. Trama exagerada que desdibuja por completo todo el contundente realismo que había trabajado. Consigue crear un contraste que impacta y que es efectivo pero que a su vez va en contra del film.
Probablemente Dheepan esté bastante lejos del nivel de calidad que se espera de una película ganadora del prestigioso Festival de Cannes. También sorprende teniendo en cuenta que la calidad de los dos trabajos anteriores de Audiard es notablemente superior. Pero aun así, pese a reincidir de nuevo en un tema mil veces tratado en el cine francés contemporáneo, Dheepan consigue alejarse de los tópicos y ser algo más profunda e innovadora.