A un cliente actual, a un futuro cliente, a un compañero, a un colaborador…
¿Algunas vez te has planteado que un “Gracias” y una sonrisa pueden tener más impacto que el mejor discurso?
Un “Gracias” y una sonrisa pueden tener más impacto que el mejor discurso
¿Aún no sabes por qué?
Aquí tres razones por las cuales siempre hay que decir Gracias y algunos consejos muy interesantes. Uno de ellos procede de Omar Periu, maestro en el arte de las ventas.
1. Crear confianza
Cuando tienes que trabajar con colaboradores, clientes, compañeros, etc. que están a kilómetros de distancia, cualquier excusa es buena para crear eso que, al menos para mí, es fundamental para hacer funcionar una relación a distancia: la confianza.
Decir un simple gracias al final de un email cuando te presentas; dar las gracias al final de una conversación teléfonica… son rituales fundamentales que tenemos que cumplir día a día.
¿Envías cartas/emails de agradecimiento tras tu reunión, entrevista…?
¿No? Y, ¡¿a qué esperas?!
No es necesario escribir la Biblia. Basta con unas líneas, unas palabras. Únicamente se trata de hacer saber a esa persona con la que acabas de hablar o con la que te reuniste, que agradeces el tiempo que te ha dedicado, el esfuerzo que ha realizado por venir a verte o, simplemente, por incluirte en su apretada agenda.
O bien le agradeces el conocimiento que te ha transmitido, que te ha ayudado a progresar.
Enviar ese email de agradecimiento tras una reunión es uno de esos pequeños detalles que consiguen plantar esa semilla de complicidad y reconomiento mutuo que abre la puerta a crear un vínculo más estrecho y, lo más importante, duradero en el tiempo.
2. Crear impacto
Hace poco estuve siguiendo un curso a distancia elaborado y presentado por Omar Periu, erudito en el mundo de las ventas.
Algo que me resultó fascinante fue conocer que él siempre entrega su tarjeta con un “Gracias” escrito a mano.
La reacción de la persona que recibe la tarjeta suele ser de sorpresa:
¿Gracias? ¿por qué si no nos conocemos?
A lo que él responde:
Es un gracias por los minutos que me has brindado en este rato que he estado hablando contigo. Y es un gracias de antemano por los proyectos que seguramente vamos a comenzar juntos.
Suena un poco cursi, lo sé, pero lo que está claro es que con esta nimiedad, y en tan sólo un segundo, has conseguido dar un paso más en tu relación con esa persona a la que acabas de conocer.
Has logrado crear ese impacto necesario para que tu interlocutor no guarde tu tarjeta junto al resto. Por el contrario, seguramente llegue a su casa/oficina y le apetezca conocer más sobre tí y, muy probablemente, responder a ese detalle con un email de agradecimiento.
Es el primer paso para comenzar una fructífera relación.
3. Crear felicidad
No cuesta tanto y, aunque no lo creas, es un ejercicio de felicidad.
Dar las gracias cuando pones pones el primer pie en el suelo por la mañana. Eso quiere decir que te puedes mover.
Dar las gracias porque estás estresado. Eso significa que tienes cosas que hacer
Dar las gracias porque el día de ha ido mal. Eso significa que el resto de tus días van bien.
O, incluso, dar las gracias a quien te ha ayudado a fallar. Eso significa que te ha hecho más sabio.
Y, ante todo, dar las gracias cada día cuando te levantas.
Eso significa que estás vivo.
Gracias por leerme :)