Hay veces que sabemos perfectamente que una película va a ser algo mala (o la mierda directamente) pero aún así tenemos ganas de verla. Eso me pasó a mí con Pancho, el perro millonario. Es un ojete de dromedario bastante hermoso pero qué queréis, me hace gracia el perrete. No puedo daros más explicaciones.
Hay veces que sabemos perfectamente que una película va a ser algo mala (o la mierda directamente) pero aún así tenemos ganas de verla. Eso me pasó a mí con Pancho, el perro millonario. Es un ojete de dromedario bastante hermoso pero qué queréis, me hace gracia el perrete. No puedo daros más explicaciones.