Día 2. Descubriendo distrito Westminster, viendo atardecer desde London Eye y compras en Soho

Por Descubriendo

Amanece temprano en Londres, en cuanto entran los primeros rayos de luz a la habitación mi cabeza empieza a maquinar sobre la ruta que tenemos planificada para hoy. Estamos convencidos que va a ser una jornada especial!El Hotel City Continental Kensington dispone en la planta baja de un pequeño salón de desayuno que nos recuerda a la típica cocina de cualquier casa. Es una sala acogedora donde podemos degustar un buen desayuno continental que nos da energía para empezar la jornada.Salimos del hotel dirección a la Earl's Court Station donde volveremos a hacer uso de nuestras Travelcard, a este ritmo el último día acabarán sacando humo!El ambiente en las calles es muy concurrido desde primera hora de la mañana, niños que van a la escuela, personas que corren en busca del metro que les dejará en sus trabajos, señoras con sus cestos de la compra, turistas intentándose ubicar en el plano... Es lo que tiene alojarse en un barrio residencial!

Esta mañana nos vamos a dedicar a disfrutar del Londres más majestuoso y monumental, el barrio de Westminster esconde la mayor muestra del poderío británico actual y pasado. Sus edificios esconden la toma de decisiones más importantes del país, ya que, a no mucha distancia se aglutina gobierno, iglesia y realeza.
Siendo Westminster la zona donde podemos encontrar los monumentos más famosos de Londres como el Parlamento, con la torre del Big Ben, la Abadía de Westminster, el Palacio de Buckingham, la famosa noria  London Eye y el National Gallery.
Al salir de Victoria Station una aglomeración de gente nos atrapa, por algo es el distrito más turístico de la ciudad y además lugar de trabajo de miles de funcionarios.
Para los amantes del mundo del espectáculo debería ser obligado visitar esta ciudad, donde menos lo esperas se alza un teatro con grandes carteles anunciando su obra. Nosotros esta mañana ya hemos comprado nuestras entradas para ver Thriller, ya estoy emocionada sólo de pensarlo!

A medio camino entre Victoria Station y la Abadía de Westminster se encuentra la Catedral de Westminster, que es la catedral católica de Londres y la más grande de las iglesias de este culto de toda Gran Bretaña.

La catedral se empezó a construir en 1895, de estilo bizantino cuenta con millones de ladrillos de color terracota y blanco con varios arcos de piedra y un campanario de casi 90 metros.
Previo pago de 5 libras, se puede subir a la galería que hay a 60 metros de altura y disfrutar de unas buenas vistas de la ciudad; nosotros nos hemos conformado con ver el interior de la catedral que es gratuita.
Al estar frente la imponente fachada, llama nuestra atención el gran mosaico de 1916 que preside la fachada antesala de todos los que guarda su interior.

El grandioso interior de la catedral de 110 metros de longitud, dividido en tres naves con techos abovedados dejando al descubierto los desnudos ladrillos de color terracota. Lo que más destaca en la catedral son los mosaicos que hay en sus capillas laterales.

Seguimos nuestro paseo por Victoria Street, una gran avenida repleta de altos edificios de oficinas y apartamentos que albergan la residencia de numerosos políticos, sedes de varios partidos políticos y edificios ministeriales.

Entre la magnitud de estos bloques de hormigón, cristal y acero, mantiene su lugar uno de los pubs con historia de ciudad, dejando una curiosa imagen del lugar.

No tardamos en ver uno de los símbolos de la ciudad, London Eye parece que nos da la bienvenida, pero, quien no ha soñado con llamar desde una de las típicas cabinas de teléfono londinenses?

Al final de Victoria Street se encuentra una de las joyas de Londres, frente a nosotros se alza la impresionante Abadía de Westminster y resulta inevitable dedicar un rato a descifrar todo lo que esconde su majestuosa fachada.

La cola para acceder al interior de la abadía da la vuelta al edificio, así que no queda otra que armarse de paciencia y esperar que llegue nuestro momento para poder disfrutar de su interior.
A priori puede surgir la duda si visitar su interior, ya que, las 16 libras que cuesta su entrada la convierten en uno de los monumentos más caros de visitar, pero, nosotros os recomendamos que no os perdáis esta visita porque es espectacular!
Cuando llegamos a las taquillas, al comprar las entradas nos dan nuestras audioguías que sin duda facilitan y mucho la visita. A partir de este momento, tenemos que guardar la cámara de fotos porque están terminantemente prohibidas las fotos del interior.
La Abadía de Westminster es el edificio religiosos con mayor contenido histórico del país, mundialmente es conocida porque en su interior se celebra la coronación de los monarcas británicos desde Guillermo el Conquistador en 1066. Más recientes son las imágenes de la boda real en 2011 entre el Príncipe Guillermo y la Princesa Catalina.
La verdad es que se podría considerar el gran panteón real, ya que, la mayoría de los monarcas británicos han sido enterrados aquí.
Sus diferentes capillas, altares y la zona del coro son dignas de visitarse con tranquilidad dedicando el tiempo que requiere según marca la audioguía.
Resulta muy curioso escuchar la historia de los grandes monumentos dedicados a Isaac Newton y a Lord Stanhope, así como buscar las diferentes tumbas de personalidades ilustres como Charles Darwin.
Al finalizar la visita del interior, el recorrido marcado lleva hasta la zona del claustro y los jardines desde donde se tienen unas vistas impresionantes del edificio...


 ... y podemos ver asomar las torres del Parlamento, situado frente a la Abadía.

La visita a la Abadía de Westminster nos ha llevado más de dos horas y 38 libras, pero os podemos asegurar que ha merecido la pena  porque es una gran obra de arte cargada de mucha historia.
Junto a la Abadía se encuentra St. Margaret Church, que tiene sus orígenes en el siglo XII y desde el XVI es la iglesia oficial de la Cámara de los Comunes.

Nos quedamos con las ganas de entrar a ver sus famosas vidrieras, pero, en este momento está cerrada al público porque están celebrando un funeral.
Frente a la Abadía de Westminster se alza el impresionante edificio del Parlamento y el más que conocido Big Ben. La primera impresión nos ha dejado alucinados, los rayos de sol consiguen que todo brille dejando una imagen espectacular!

Quien decía que en Londres no se ve el sol y tu mejor aliado es un paraguas? Pues estamos teniendo mucha suerte porque desde que salimos del hotel nos está acompañando un sol radiante, así que, decidimos cambiar los planes para hoy y vamos a aprovechar el buen tiempo para reservar un par de entradas para London Eye!
Con este tiempo apetece sentarse en un parque a disfrutar del ambiente junto a las estatuas de célebres personajes históricos como Churchill o Nelson Mandela mientras leemos un poco sobre la historia del Parlamento.

Estamos en un punto clave de la ciudad, Parliament Square donde convergen los poderes del país: el Ejecutivo - Whitehall - , el Legislativo - La casa del Parlamento - y el Judicial - La Corte Suprema - sin olvidarnos del "cuarto" poder con sede en la Abadía de Westminster y esto se nota porque está todo lleno de cámaras y policía.
The House of Parliament, es el primer parlamento moderno del mundo, data del siglo XIV y se ubica en Westminster que en su día fue considerado como el edificio más grande del planeta. Fue construido por Eduardo el Confesor con el fin de trasladar su corte desde la City, hasta 1547 que dejó de ser residencia real. Ha sufrido varias reconstrucciones, la primera en 1834 cuando un gran incendio lo destruyó casi en su totalidad y posteriormente para reparar los destrozos ocasionados tras la II Guerra Mundial.
Existen unas visitas guiadas al Parlamento donde te permite ver sus instalaciones incluida la Cámara de los Comunes y la Cámara de los Lores. Nosotros lo teníamos en la lista de imprescindibles gracias a las opiniones de otros viajeros, pero, al ir a realizar la reserva a través de su web nos dimos cuenta que sería imposible, ya que, durante los meses de invierno las visitas sólo las realizan los sábados. Ya tenemos excusa para volver a Londres!!

El conjunto se completa con la Torre del Reloj, más conocida como el Big Ben que hace referencia a la campana de 14 toneladas que marca las horas y cuyo sonido emite la BBC por todo el mundo.
El reloj de Big Ben está compuesto por un reloj de 7 metros de diámetro en cada una de sus caras y fue puesto en marcha por primera vez en mayo de 1859. Dicen que es uno de los relojes más fiables del mundo porque es capaz de soportar las inclemencias climatológicas e incluso soportó los bombardeos de la II Guerra Mundial manteniendo intacta su puntualidad.
Aunque la famosa puntualidad inglesa les falló de lo lindo cuando en la Nochevieja de 1962 entraron con 10 minutos de retraso en el nuevo año por unos problemas técnicos en el Big Ben.

La verdad es que estar delante del Big Ben impresiona, aunque lo hayas visto millones de veces en películas, fotografías, documentales... Es mucho más bonito en vivo donde podemos admirar todos sus detalles.

Sin lugar a dudas, este es el edificio más fotografiado de Londres, pero, si queréis sacar unas fotografías realmente espectaculares os animamos a cruzar el Támesis desde donde tendréis las mejores vistas. Eso sí armaros de paciencia para cruzar el puente porque es peor que el primer día de rebajas en el Corte Inglés...

La paciencia ha tenido su recompensa y después de buscar un rincón desde donde estamos solos disfrutando de esta imagen, llega el momento de la recompensa...

Aprovechando que estamos al lado de London Eye nos acercamos para reservar un par de entradas a las 16:00 horas, lo hemos calculado y de esta manera conseguiremos ver atardecer desde el ojo que todo lo ve. Después de sortear la marabunta de gente que hay en el paseo, las colas del acuario y de London Eye conseguimos nuestras entradas!
Os recomendamos consultar los descuentos de Days Out Guide, ya que, depende de la temporada se incluyen en los vales 2x1 pudiendo disfrutar de esta atracción ahorrando unas cuantas libras. Nosotros no hemos tenido suerte y hemos tenido que pagar 16 libras por cada entrada. También está la opción de reservar a través de su propia web con un 10% de descuento, pero, os harán poner día y hora de visita y en una ciudad como Londres donde el tiempo es toda una aventura es cuestión de valorar si realmente merece la pena.

Con nuestras entradas en la mano, vamos a retomar el plan que teníamos para hoy. Seguiremos nuestra ruta por Whitehall, la avenida donde se concentran los edificios gubernamentales más importantes.
Entre el Parlamento y Trafalgar Square se encuentra esta elegante avenida donde se encuentran la mayoría de ministerios y monumentos conmemorativos entre los que destaca el Cenotaph.

El Cenotaph parece presidir de Whitehall, donde su austero monolito de mármol blanco se levanta para conmemorar el fin de la Primera Guerra Mundial y en recuerdo a sus víctimas.
Si visitáis Londres el 11 de noviembre no dudéis en acercaros hasta aquí y presenciar la ceremonia Remembrance Day que se realiza todos los años a las 11:00 horas, donde la familia real y el gobierno se dan cita para depositar unas coronas de flores.
En Whitehall se encuentran las Churchill War Rooms, el refugio subterráneo desde donde se dirigió la política de Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial. En varios foros y blogs recomiendan la visita, así que nosotros lo tenemos en nuestro listado, pero, lo tendremos que dejar para otro momento. Recordar que se pueden visitar todos los días de 09:30 a 18:00 horas y si queréis ahorrar unas cuantas libras sólo tendréis que sacar el correspondiente 2x1 de Days Out Guide.
Nos asustamos con el ruido de sirenas que nos invaden de repente, al principio no entendemos muy bien que está pasando hasta que nos damos cuenta que estamos frente a Downing Street, la calle donde se encuentra el domicilio más famoso de Gran Bretaña.

En el número 10 de la famosa y custodiada calle se encuentra la residencia oficial del Primer Ministro; esta tradición viene desde 1732 cuando Jorge II regaló esta casa a Robert Walpole. David Cameron tiene como vecino, en el número 11 a su ministro de Economía y Hacienda.
Una fuerte reja impide el paso a Downing Street, desde que en 1990 Margaret Thatcher ordenara colocar estas impresionantes puertas de hierro en el cruce con Whitehall en plena campaña terrorista del IRA, nos tenemos que conformar con verlo desde la distancia.

Han pasado unas cuantas horas desde que llenamos nuestros estómagos con un buen desayuno, ya va siendo hora de sentarnos y disfrutar de la comida típica de los pubs londinenses.
A pocos pasos de Downing Street se encuentra uno de los pubs con más historia de la ciudad, The Red Lion ha sido durante mucho tiempo el lugar preferido de la élite política.

Desde 1432 tienen el honor de servir hamburguesas a los primeros ministros de este país. Seguro que más de una decisión importante se ha tomado entre pintas, hamburguesas y fish and chips en alguno de sus rincones.
El interior del pub es muy elegante y a estas horas está repleto de señores entrajeados que disfrutan de su momento de descanso antes de volver al trabajo. Lejos de lo que podáis estar pensando, los precios, servicio, calidad y cantidad de sus platos no son nada desorbitados. Hemos pasado un rato muy agradable pudiendo disponer de WIFI gratuito para comunicarnos con la familia mientras hemos disfrutado de una hamburguesa y sandwich de pollo con un par de pintas por 25 libras.

Con la barriga bien llena vamos a dar un paseo hasta que sea la hora de disfrutar de London Eye. Nuestra siguiente parada nos lleva hasta el edificio de la Guardia Montada, el lugar donde tiene lugar el desfile anual de Trooping the Colour el segundo sábado de junio con motivo del cumpleaños de la Reina.

Dos guardias a caballo custodian la entrada, si estáis interesados en ver el cambio de guardia deberéis asistir cualquier día de la semana a las 11:00 horas.
Como no podía ser de otra manera, el edificio alberga el Museo de la Guardia Montada donde podemos aprender la historia del regimiento y sus funciones de protección de la Corona. Además se puede visitar una exposición con sus objetos y uniformes y ver los establos donde viven los caballos del regimiento.

Al final de Whitehall ya podemos ver la famosa Trafalgar Square, pero, esta visita la dejaremos para otro momento ahora nos vamos a pasear por la orilla del Támesis.

Si hay algo que todo viajero debería hacer si decide visitar Londres es dar un tranquilo paseo por la orilla del Támesis cuando empieza a atardecer. El color otoñal de sus árboles contrasta con el dorado brillo del Parlamento dejando unas imágenes difíciles de describir.

No podemos evitar sentarnos en uno de los bancos del paseo a disfrutar de la tranquilidad que se respira aquí a pocos pasos del ajetreo de Whitehall y Trafalgar Square.
Por cierto el edificio que veis junto a la noria es County Hall, la antigua sede del ayuntamiento londinense hasta que Margaret Thatcher, tras varios años de disputas con el alcalde de Londres, Ken "el Rojo", decidió cortar por lo sano y lo disolvió; convirtiendo a Londres en la única capital europea sin gobierno propio hasta que el gobierno laborista encabezado por Tony Blair lo restableció. Si es que la Dama de Hierro era mucha Dama...
Mateo venga que tenemos que llegar a tiempo a subirnos en London Eye, pero, tu estás seguro que no nos dará vértigo estar allí arriba??

Londres me recuerda a Nueva York en muchas cosas, pero, sobretodo en el ambiente de sus calles. Me encanta que haya música y espectáculos por donde vayas, es un placer estar en el metro y poder escuchar verdaderas voces de fondo!


London Eye, es una gigantesca noria que fue levantada durante las celebraciones del milenio y ha terminado convirtiéndose en una de las mayores atracciones de la ciudad. En un principio, la noria sólo iba a permanecer abierta hasta 2005, pero, una vez convertida en icono de Londres, es más que probable su permanencia indefinida.
Ahora que estamos bajo sus pies podemos apreciar bien sus dimensiones, con 130 metros de altura y más de 2000 toneladas de peso, cuenta con 32 cabinas una por cada municipio que conforma la ciudad.

London Eye está siempre en movimiento, a pesar de que desde la distancia teníamos la sensación que estaba parada en algún momento, y cada vuelta dura como media hora.
Ha llegado nuestro momento, allá vamos!!!

Poco a poco empezamos a subir y decenas de kilómetros de vistas se van abriendo ante nosotros, Londres es inmensa!

Sin lugar a dudas ha sido todo un acierto comprar las entradas para el atardecer, ya que, poco a poco se van encendiendo todas las luces de la ciudad. Por fin podemos ver el famoso Puente de Londres y toda el skyline iluminado.

Cuando estamos llegando al punto más alto del viaje, tenemos la suerte de que se ilumina por completo el Parlamento y el Big Ben!! Vaya momento más emocionante, sólo por esto ya ha valido la pena la cola y las libras gastadas.

Porque todo lo bueno se ha de terminar tan rápido? No queremos que esto acabe y nos aferramos a un trozo de cristal para seguir inmortalizando el momento.

Al llegar abajo tenemos ocasión de comprar fotografías que nos han ido haciendo durante el trayecto, pero, la verdad es que ya es una atracción bastante cara como para sumarle extras... De todas maneras no tenemos ninguna queja del recuerdo fotográfico que nos hemos traído.
A estas horas el puente se llena de amantes de la fotografía dispuestos a captar una de las mejores fotos del viaje. ¿Cuantas veces hemos visto esta foto en diferentes objetos, documentales, películas...?

Volvemos por la orilla del Támesis hasta la siguiente parada de metro, pero, esta ciudad nos está regalando momentos especiales y únicos.

Hoy ha sido un día repleto de visitas culturales, ahora que ha anochecido y los monumentos y museos cierran sus puertas es momento de disfrutar del ambiente londinense. Siguiente parada Convent Garden!
Al este del Soho se encuentra Convent Garden, donde sus animadas calles están repletas de tiendas de moda y ambientados pubs.

Que mejor manera de empezar a descubrir esta zona de la ciudad que adentrarnos en uno de los pubs donde a estas horas se concentra mucha gente tomando una pinta después de su jornada laboral.
Quien ha dicho que sólo hay ambiente en los bares españoles? Nos ha costado mucho encontrar hueco donde poder degustar una pinta de su amplia carta.

Si sois amantes de la cerveza en la mayoría de pubs londinenses os podéis deleitar con su variedad. La cerveza típica inglesa es la ale: sin gas y con sabor fuerte. En los últimos años la cerveza lager está desbancando a la mítica ale, por ser más suave y clara. Aquí encontraréis dos medidas, pint o half pint, siendo la pinta algo más de medio litro. Un brindis por todos los seguidores de este blog!! (8.5 libras dos pintas)

Volvemos a callejear por Convent Garden hasta que llegamos al corazón del barrio, su plaza. Es la más antigua de las planificadas en Londres, data de 1630 y es un lugar muy animado por el ambiente teatral que se respira y las actuaciones callejeras que podéis encontrar en cualquier esquina.

Como me gusta entrar y salir de estas pequeñas tiendas llenas de productos muy originales que poder regalar ahora que se acercan las navidades...
Ups Mateo creo que no me voy a poder resistir a esos dulces que hay en la tienda Godiva, estoy convenida que antes de que termine la aventura londinense he sucumbido a la tentación...
En las grandes ciudades siempre acabas encontrando tiendas que te resultan encantadoras, no sólo por lo que venden sino por la ideas tan original y única que hay tras su puerta.
En Londres la acabo de encontrar, Build a Bear es el sueño hecho realidad de cualquier amante de los osos de peluche!

Aquí puedes diseñar tu oso de peluche, sí lo he dicho bien, TU OSO DE PELUCHE. Se trata de elegir desde la tela, la apariencia, el relleno, la ropa, los complementos, el peinado, el nombre.... Me lo he pasado como los niños, mi cara de ilusión era mayor que la de los más pequeños de la tienda, a quien no le gusta de vez en cuando volver a ser niña???

Venga va Mateo que le he cogido el gustillo y ahora no puedo irme sin entrar en una de las tiendas Disney de Londres. Yo se que a más de una le va a gustar lo que llevo en la maleta!

Ahora que cierran las tiendas nos damos cuenta que no hemos parado en todo el día, así que, hoy será mejor que nos retiremos hacia la zona del hotel dejemos las bolsas que llevamos y salgamos a cenar algo.
Bajamos a cenar a la famosa cadena KFC y mientras degustamos un super bol de pollo (14 libras), ya os digo yo que esta ciudad me recuerda a Nueva York en muchas cosas, hacemos repaso de todas las cosas que hemos visto y las que nos quedan por disfrutar!
Tenemos puestas muchas esperanzas en la ruta que hemos planificado para mañana, me meto en la cama pidiendo que por favor se mantenga el buen tiempo para que podamos disfrutar al máximo...