Día 2: vilnius – sigulda

Por Trotaburgos @trotaburgos

Cambiar de hora, en este caso adelantándola, altera un poco el ritmo diario. En las Repúblicas Bálticas tenemos una hora más y hay que adelantar los relojes.

La noche, al contrario de lo que pensábamos al meternos a la cama, ha transcurrido plácidamente. El ambiente que nos rodea ayuda poco a estar tranquilo mientras no te metes a la cama, pero una vez dentro y quedándote dormido, no ha habido pega. El Hostel está en pleno proceso de renovación y eso desde fuera no se intuye. El precio no incluye el desayuno.

A HOSTEL, VILNIUS

Lo bueno de venirte con el coche es que simplemente tienes que salir al parking y cogerlo. Cuando decimos parking, nos referimos a un patio que da a la calle, pero que evita que tengas que estar pendiente de poner ticket o buscar aparcamiento.

Empezamos muy pronto la visita, con el cambio horario el cuerpo se tiene que ir adaptando. Según hora local son las 08:45; para nuestras cabezas, estómago y sueño son las 07:45. Como dicen muchos usuarios del albergue lo mejor que tiene éste es la ubicación, porque nos presentamos en el acceso a la parte histórica en 5 min.
La ciudad no ha despertado todavía. Afortunadamente nos encontramos las calles “puestas”, pero muy, muy poca gente recorriéndolas. Parece que sus habitantes la hubieran abandonado.

PUERTA DEL ALBA

Comenzamos la visita en la Puerta del Alba y alrededores. Continuamos, siguiendo los consejos y la ruta marcada por la Lonely Planet, por las zonas de la Plaza del Ayuntamiento, el sector de la antigua judería, y diferentes calles que nos hacen llegar al Museo Nacional de Lituania. Aquí existe la posibilidad de subir a un funicular que alcanza la torre de Gedeminas, uno de los testimonios que quedan del castillo que dominaba y defendía la ciudad. Ésta ofrece la vista panorámica de la ciudad. El Museo, a estas horas, se encuentra cerrado. Tampoco hemos aprovechado el camino que te permite subir a la torre a pié.

Seguimos paseando mientras abren las oficinas de turismo. Abren pronto, a las 09:00 de la mañana. El siguiente destino es la zona de la Catedral. Jamás habíamos tenido la sensación que nos ha ofrecido Vilnius a estas horas de la mañana en la zona de la catedral. Estamos prácticamente solos. Parece que no haya nadie, nos hemos cruzado con dos personas. Las fotos salen sin gente, los colores están apagados…. a primera vista la ciudad nos decepciona.

CALLE DIDZIOJI, VILNIUS

ESTATUA ECUESTRE DE GEDIMINAS, VILNIUS

CATEDRAL Y CAMPANARIO, VILNIUS

Entramos en la Catedral, entrada gratuita. Es un edificio muy sobrio situado junto al Palacio del Gran Duque de Lituania y la torre del campanario. Toca ahora recorrer la zona del río.

VISTA SOBRE EL RÍO NERIS

PALACIO PRESIDENCIAL

ZONA IGLESIA ESPÍRITU SANTO

Volvemos a cruzar el río para acercarnos al Palacio Presidencial y todo lo que lo rodea. Visitamos la iglesia ortodoxa del Espíritu Santo –entrada gratuíta- que nos gusta. Llegamos hasta el Museo de las Víctimas del Genocidio. El edificio, situado frente al parque Lukiski, era sede de la KGB y en la actualidad alberga un museo dedicado a los miles de lituanos que fueron asesinados, encarcelados o deportados por la Unión Soviética desde la II Guerra Mundial hasta la década de 1960. Tenía en los sótanos una sala de ejecución donde los prisioneros encontraban un trágico final. La calle Pamenkalnio nos hace llegar hasta el Museo del Holocausto y el Monumento a Frank Zappa. Callejeando y disfrutando de un buen paseo llegamos a la zona de la Gran Sinagoga, donde no encontramos como acceder al templo.

EDIFICIO DE VILNIUS

FACHADA EN VILNIUS

EDIFICO DE LA ANTIGUA SEDE DE LA KGB, VILNIUS

Nos vamos acercando, de nuevo, al casco viejo. Ahora sí, la ciudad va despertando. Nos encontramos que todo cambia, la ciudad vive y desprende una sensación maravillosa mientras la recorremos. Nuestro concepto cambia por completo. Es una gozada, parece que los colores que antes estaban apagados ahora brillan con intensidad. Lo que antes parecía una ciudad desértica, nos presenta unas calles bulliciosas repletas de vida y turistas.

Hoy sábado hay muchos bautizos. Pasamos por varias iglesias y el templo que nos llama la atención es el de Santa Teresa, ya que en él, vemos que se celebran varios a la vez. Por cierto, el templo merece una visita.
El almuerzo, sin ninguna duda, en el Café Montmartre, junto al edificio de la filarmónica de Vilniusen en la calle Austros Vartu g. un auténtico lujo: Terracita en zona tranquila, mantel de cuadros, desayuno de calidad… es como vivir una de esas escenas de cine donde se ve al actor/actriz tomándose un café en una terraza de París. Por 35 litas hemos almorzado estupendamente por lugar, cantidad y precio. Ha sido uno de los momentazos del viaje.

PALACIO DE LA FILARMÓNICA DE LITUANIA

CAFÉ EN MONTMARTRE

ZONA PLAZA DEL AYUNTAMIENTO

PLAZA DEL MERCADO

IGLESIA DE SAN CASIMIRO, VILNIUS

IGLESIA DE SANTA TERESA

De vuelta pasamos de nuevo por la Puerta del Alba y antes de recoger el coche paramos en el Mercado. Vemos los diferentes puestos de fruta y carne. Aquí el pescado no se lleva mucho porque sólo hemos visto un puesto.
Con la visita panorámica completada ponemos nuevo rumbo. Esta vez será el Palacio de Rundale. El viaje no es corto, son unos 250 kms. El primer tramo, hasta Panevezys, se completa de una manera sencilla porque hay autovía. El segundo hasta el palacio se lleva bien porque las carreteras están bien indicadas y asfaltadas.

Desafortunadamente hoy es la fiesta del palacio y es una auténtica locura la cantidad de gente. Aparcamos el coche, literalmente, en la cuneta de la carretera de acceso, porque no hay manera de avanzar y vemos que la gente que pasa junto a nosotros andando va más deprisa. La verdad es que desde que tomas el desvío en la carretera no hay una distancia enorme, unos 1.500 mtrs.

En el palacio compramos las entradas combinadas que incluyen ver el palacio y el jardín. La entrada son 7 €. Hay varias opciones: sólo al palacio con visita corta y larga, sólo jardín, o combinadas. Elegimos la visita larga y jardín.

PALACIO DE RUNDALE

INTERIOR DEL PALACIO

INTERIOR DEL PALACIO

Nos ha gustado mucho, a pesar de los 3.400 “colegas” que la visitamos a la vez. Se conserva muy bien y permite hacerse una idea a la perfección de cómo se desarrollaba la vida en él. El palacio se construyó entre 1.736 y 1.740 para el barón Ernst Johann Biron, duque de Curlandia. Las habitaciones nos recuerdan a otros palacios que hemos visitado, pero tiene un par de salones que nos llaman la atención. Como cada uno de los que recordamos tiene sus espacios curiosos y sus elementos singulares. Merece la pena visitarlo.

El jardín tiene la fortuna de ser muy amplio, lo que nos facilita enormemente recorrerlo sin amontonarnos con el resto de visitantes. Hay recreadores de época y una gran cantidad de actividad. Disfrutamos mucho del paseo y de los rincones y multitud de jardines que tiene.
Con esto partimos hacia Sigulda, donde tenemos previsto que sea nuestro punto de pernoctación para los próximos tres días.

JARDINES DE RUNDALE

RECREACIÓN DE ÉPOCA

Después de preguntar en dos hoteles por un alojamiento, sin éxito, porque está todo ocupado, preguntamos en el Black Cat donde, nos ofrecen una habitación doble que nos gusta. La habitación son 42 € noche.

Salimos a tomar una cerveza y a cenar en el restaurante de la misma cadena que el hotel, ya que por estar alojados nos hacen un 20% de descuento. Después de un día muy completo nos vamos a dormir que ya toca.

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