Día 4 – Ruta Toscana: Lucca, Pisa, Volterra y San Gimignano

Por Dinamicline

Comienza un nuevo día. Salimos de Firenze dispuestos a recorrer diferentes pueblos de la maravillosa Toscana. El paisaje de cipreses, olivos y viñedos se completa con sencillas iglesias y casas de piedra. Para hoy un duro tour de coche: visitamos Lucca, Pisa, Volterra y San Gimignano. Son casi 12 horas de excursión que sin duda nos cundieron bien. Empezamos, de nuevo buscando los indicadores que nos llevan a la autostrada (autopista y ponemos rumbo a Lucca.

Lucca

A diferencia de otras poblaciones toscanas construidas sobre colinas, Lucca es llana. Enormes murallas de ladrillo rojo circundan Luca y le confieren un carácter especial, aislándola del tráfico y del mundo moderno. Levantados entre 1504 y 1645, estos muros renacentistas se consideraron de los mejores conservados de Europa.

Nosotros aparcamos el coche en el parking situado cerca de la Porta Vittorio Emanuele. 1,00€/hora, y accedimos a la ciudad a través de esta misma puerta. Tomamos la Via Vittorio Emanuele II, hasta llegar a la Piazza Napoleone. Y comenzamos la visita. Torcemos a la izquierda para en pocos metros encontrarnos la Piazza San Michele donde encontramos la Iglesia Románica del mismo nombre.

La magnífica fachada románica de la Iglesia SAN MICHELE IN FORO rivaliza en esplendor con la de San Martino. En su fachada, en lugar de temas cristianos, se reproducen escenas de bestias y caballeros, a excepción de la enorme figura de San Miguel, flanqueada por dos ángeles.

Desde aquí, tomamos la Via Fillungo, la principal calle comercial de Lucca. Pasamos junto a la TORRE DEL RELOJ y desembocamos en la PIAZZA ANFITEATRO.

No queda prácticamente nada del antiguo anfiteatro romano. Sus restos se han ido usando en nuevas construcciones hasta no dejar más vestigio de él que la forma de la arena en la actual Piazza del Mercato. La plaza está formada por edificios medievales que se levantaron apoyados contra los muros del anfiteatro, permitiendo así conservar su forma. Los arcos que abren la plaza a los cuatro puntos cardinales señalan las puertas por donde salían al coso los gladiadores y las fieras.

Salimos por una de las puertas de la plaza y llegamos a la TORRE DEI GUINGI.

Este edificio perteneció a la poderosa familia Guinigi, cuyos miembros gobernaron la ciudad durante el siglo XV. El palacio alberga actualmente el Museo Nacional de Lucca. Su torre de defensa de 41 metros de altura es uno de los monumentos más famosos de Lucca, y cuenta con un pintoresco jardín en la parte superior desde donde se pueden apreciar unas maravillosas vistas de Lucca.

Desde aquí, trazando una línea recta se llega a la fabulosa CATEDRAL DI SAN MARTINO.

La extraordinaria Catedral de Lucca está dedicada a San Martín. En la fachada se representa a este soldado romano cortando su capa con la espada para compartirla con un mendigo. Esta escena y otras muchas de la vida del santo decoran la fachada del siglo XIII, que se completa con relieves sobre los meses del año y escenas de caza.  En el Museo de la Catedral, una colección de arte religioso, esculturas de la catedral y manuscritos iluminados, principalmente de los siglos XV y XVi llenan los estantes del Museo.

Salimos de la Catedral y la plaza y llegamos de nuevo al punto de comienzo, la Piazza Napoleone. Salimos de la ciudad por donde llegamos y ponemos rumbo a nuestra siguiente parada: Pisa. Esta vez, dejamos de lado la autostrada y tomamos la carretera nacional.

Torre del Reloj – Lucca

San Michele – Lucca

Piazza del anfiteatro – Lucca


Pisa

Dejamos el coche aparcado en un parking muy cercano a la PLAZA DE LOS MILAGROS. Comenzando el recorrido en la famosa plaza, cuyas construcciones en mármol blanco resaltan sobre el verde de la hierba. Aquí se puede contemplar la famosísima Torre Inclinada, que es el campanario del Duomo, así como el Baptisterio y del Camposanto, junto al cual se pueden admirar restos de la antigua muralla del siglo XII. Todos los edificios del Campo dei Miracoli se inclinan porque carecen de cimientos sólidos y el subsuelo es arenoso.

Después de secar unas cuentas fotos junto a la famosa torre, nos acercamos a comprar las entradas. Se venden en tres taquillas de la plaza principal (www.opapisa.it). La que está detrás de la Torre Inclinada es la más concurrida; las que están en el interior del Museo dell’Opera del Duomo y en el vestíbulo del Museo delle Sinopie apenas tienen colas. Nosotros entramos en esta última y no esperamos ni 3 minutos.

Precios:

  • Catedral: entrada gratuita. Obligatorio cubrirse los hombres y piernas.
  • Torre Inclinada: 18,00€
  • Baptisterio: 5,00€
  • Camposanto: 5,00€
  • Museo delle Sinopie: 5,00€
  • Museo dell’Opera del Duomo: 5,00€

Entradas Combinadas:

A elegir entre el Baptisterio, Camposanto, Museo delle Sinopie y museo dell’Opera del Duomo

  • 2 entradas: 7,00€
  • 3 entradas: 8,00€
  • 4 entradas: 9,00€”

Compramos entradas para visitar el BAPTISTERIO. Tiene 2 cúpulas, ambas rematadas mitad en plomo mitad en azulejo. Una estatua de bronce dorado de Juan Bautista corona el conjunto. Cada 30 minutos el vigilante hace una demostración de la extraordinaria acústica de la cúpula doble. Desde aquí accedimos al DUOMO.  

El Duomo se financió con el botín requisado a una flota árabe que se disponía a atacar Palermo en 1063. Al año siguiente se empezó a construir la catedral, con su sorprendente revestimiento de franjas alternas de mármol verde y crema que se convertiría en distintivo de las iglesias románicas de toda Toscana. Completa este espectacular conjunto el Camposanto, un edificios de mármol que ha padecido muchas reconstrucciones a causa de los daños que padeció en los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Dentro de los blancos muros yace tierra transportada durante las Cruzadas del camino del Calvario, con fama de reducir los cadáveres a esqueletos en cuestión de pocos días. 

Tenía apuntada una ruta completa por Pisa, pero con el calor que hacía y teniendo pendiente visitar 2 pueblos más, decidimos comer y continuar con el viaje. Alrededor de la plaza hay varios restaurantes con menús por 10,00€, aunque la comida es bastante mala.

Reemprendemos el viaje, destino Volterra. Nos costó muchísimo tomar la carretera dirección Livorno, pero cuando por fin la encontramos, fue genial. Tomamos una carretera nacional de montaña que circula muy cercana al mar y desde donde se disfrutan de unas vistas maravillosas de las turquesas aguas del mar que baña la costa italiana. Preciosas. Tardamos bastante tiempo en llegar a Volterra. 2 horas aproximadamente pienso yo.

Piazza dei Miracle – Pisa

Duomo – Pisa

Interior del Duomo – Pisa

Interior del Baptisterio – Pisa


Volterra

Volterra me sorprendió gratamente. Ubicado en una colina, tanto por la carretera por la que llegamos como por la que nos fuimos las vistas son inmejorables. Pura toscana.

Llegamos a Volterra a eso de las 18,00h, una hora perfecta para visitar esta pequeña población, pues el calor se hacía soportable ya que el sol no castigaba con tanta fuerza como a la mañana. Ésto, mezclado con el ambiente que impregnaba Volterra, hicieron de nuestra visita, una visita magnifica.

Aparcamos de nuevo en un parking de pago, 1,80€/hora.

Volterra destaca por ser rica en una de las piedras más esculpidas en la región junto con el mármol, se trata del alabastro. Es tan abundante y de tan buena calidad, que se usa como ventanucos en edificios históricos, catedrales y casas señoriales de toda la región. Puedes comprar cualquier producto reproducido en este mineral de gran belleza

En la edad media Volterra seguía jugando un papel relevante en las luchas entre Siena y Florencia y se construyen las bonitas murallas que aún se pueden admirar hoy en día. Se puede entrar por cualquiera de sus cuatro puertas principales. La carretera llega hasta la céntrica Piazza dei Priori.

Callejeamos por sus calles, entramos a ver una tienda donde tenían montones de esculturas hechas de alabastro, ¡Hasta un frutero!. Compramos unos deliciosisisimos helados y entramos en la PIAZZA DEI PRIORI, donde encontramos el Palazzo dei Priori, el cual se cree que sirvió de modelo para el Palazzio Vechio en Florencia. Justo en frente encontramos la Torre del Porcellino y el Palacio Episcopal, que alberga un Museo de Arte Sacro. Paseamos por sus calles disfrutando de su gente y ambiente que parece que estaban en fiestas, pues había muchísimo alboroto con música y gente joven. Ya estaba poniéndose el sol y salimos rumbo a la última de nuestras paradas: San Gimignano.

Volterra

Volterra

Panorámica de Toscana

Panorámica de Toscana


San Gimignano

Tomamos la carretera nacional, y fue la mejor idea que pudimos tener. Unas vistas panorámicas inmejorables, entre viñedos y montañas. Eso sí, no apto para quien se maree con carreteras de curvas cerradas. Tardamos 40 minutos en recorrer la distancia que une estos dos pueblos.

Llegamos a eso de las 20.00h, cuando el sol ya se estaba poniendo y visitar así la Toscana, con ese juego de colores en el cielo es una gozada. Especialmente cuando San Gimignano está situado sobre una colina, y se disfruta de todo el paisaje.Aquí podemos encontrar 4 parkings perfectamente señalados. Dejamos el coche en uno de ellos y accedimos de nuevo a la ciudad.

Debo de decir que es el pueblo que más me ha gustado de todo. Tan cerca de Florencia y tan diferente.

Tanta fama se debe a sus 14 torres, que en otros tiempos llegaron a ser 72, símbolo del poder y la riqueza de los poderosos clanes medievales de la ciudad. San Gimignano delle Belle Tori  está rodeado de un paisaje exuberante y fértil famoso por el cultivo del azafrán. Declarada en 1990 Patrimonio de la Humandad por la UNESCO. El porqué de aquellas torres de los siglos XII, XIII y XIV tiene que ver con el florecimiento comercial, cultural y artístico de este municipio que era paso obligado en la llamada Via Francígena que unía a Roma con Francia. Su importancia estratégica generó riqueza en muchas de las familias que para muestra de su poder económico se hacían levantar su propia torre. A más altura mayor capacidad y, por supuesto, mayor ostentación de cara a las demás familias acaudaladas

Accedimos a la ciudad por la Puerta San Mateo y ascendimos por la calle del mismo nombre, callejeando hasta la Piazza della Cisterna. La verdad que no fuimos con el mapa en la mano, si no que nos perdimos en este bello pueblo, y debo decir que es como más disfruté. Visitamos la Plaza del Duomo y por último, en la parte más elevada de la colina está el castillo, Rocca di Montestaffoli, una semiderruida fortaleza de mediados del siglo XIV, desde donde se disfruta de una excelente panorámica.

Y acaba nuestro día. A las 21.00h cogimos el coche para poner rumbo a Florencia y descansar de esta agotadora etapa.

Calle San Mateo – San Gimignano

San Gimignano