Amanecimos tempranísimo para disfrutar del completo bufete de desayuno, dispuesto en un comedor enorme con mesas en la terraza con vista al río, que transcurría de lo más apacible a esa hora.
A las 7:30 horas puntualmente nos recogieron de la agencia que funciona en el mismo hotel, con quienes el día anterior arreglé nos condujeran a los dos atractivos principales de la zona, lo que supuso una pequeña dificultad, porque justo quedaban situados, si bien cerca, en lados totalmente opuestos, por lo que debimos coordinar un tour privado que resultó más que bien.
Recorrimos durante una hora un camino campos de arroz, y ciudades pequeñas con el esquema típico: casa, plátanos, palmeras, arrozal, tumba (el guía explicó que no es de uso común enterrar a los muertos en cementerios, sino sólo a los war heroes) y llegamos a My Son.
Al llegar, nuestro conductor muy ceremonioso nos entregó toallas húmedas para las manos y agua mineral para el paseo y nuestro guía Marble, nos condujo a la recepción donde nos explicaron el mapa y nos invitaron a presenciar las danzas locales.
Las jóvenes representaban las actividades de las aldeas típicas y las danzas de las Apsaras, muy femeninas, con mucha gracia y maestría.
Recorrimos con calma el lugar asentamiento de la dinastía Champa, que rigió entre los siglos IV y XI en la zona, y lugar donde se erigieron los templos Hinduistas ( ya me parecía desde que llegamos tan conocida la arquitectura), pudiendo reconocer con facilidad algunos elementos de adoración a Lord Shiva, como los lingams y los altares.
Los templos fueron construidos en ladrillo rojizo y piedra, llegando alguna de sus torres a elevarse por sobre los 20 metros, representando a través de sus tres estructuras, la tierra, el cielo y el lugar de los Dioses.
Con los años los templos fueron "tragados" por la selva, siendo descubiertos por los Franceses a fines del siglo XIX, quienes utilizaron algunas de sus estructuras como materiales de construcción. Más tarde continuó el daño con los bombardeos de Estados Unidos, por cuanto se pensaba que los integrantes del Vietcong usaron estos Templos como lugar de organización y refugio.
Aún la destrucción algunos Templos aún se conservan en pie en muy buenas condiciones - separados por grupo- siendo declarados Patrimonio de la Humanidad por UNESCO en 1999, comenzando con ello lentamente algunos trabajos de reconstrucción.
Visitamos algunas salas cerradas habilitadas como pequeños museos, donde se exhiben igualmente Lingams, figuras de Dioses del panteón Hindú y bombas que han sido recolectadas en el sitio durante el tiempo.
Marble nos mostraba las figuras decapitadas en su mayoría, explicándonos historia, a la vez que nos mostraba algunos templos que aún permanecen bajo la vegetación esperando ser restaurados. La caminata bajo el sol estuvo muy agradable, además porque no había mucha gente, oliendo el aire a campo (y con sonido de Chicharras).
Nos indicó también los lugares donde cayeron las bombas gringas, explicándonos que el sitio fue regado con minas anti personales en tiempos de la guerra, recomendándonos no salirnos de las áreas demarcadas.
Saliendo de ahí recorrimos el camino de vuelta a Hoi An, y marchamos al lado opuesto hacia Da Nang, donde visitamos algunas canteras de Mármol y talleres donde lo trabajaban logrando las figuras enormes y perfectas de Buda y Quan Yin que han hecho famosa a la zona.
Y llegamos a nuestra próxima parada Marble Mountains, que son cinco montañas de Mármol y piedra Caliza, de diferentes tamaños, regadas en un terreno plano, que simbolizan los cinco elementos: agua, fuego, aire, metal y madera.
Tomamos el ascensor para subir a la Montaña más imponente y bella Thuy Son (Montaña de Agua), Marble pagó la entrada, y paramos en el mirador, donde nuestro guía nos contó la leyenda y observamos la maravillosa vista del Mar de China y de las 4 restantes montañas.
Apenas ingresamos nos recibe una torre de 5 pisos preciosa llamada Xa Loi y una viajera Inglesa que la dibujaba con maestría nos cuenta que la primera vez que visitó el lugar, cuando era joven, la torre no estaba! ( Es de 1997 y yo pensaba que era muy antigua).
Paseamos entre las escaleras ingresando a varias cuevas cuyo nombre no retuve, disfrutando del clima fresco que hacía la brisa marina.
Entramos a una pequeña cueva, donde había un altar a Buda y tras él una abertura a la que nos animamos a subir, advirtiendonos Marble que ese esfuerzo para llegar al "camino al cielo" era para "young people" :( ... nosotras - no tan oldies- con nuestro orgullo herido subimos ágiles como chivos y lo logramos, lo único que para bajar, como estaba un poco resbaloso, tuvimos que lanzar nuestras hawaianas a riesgo de lesionar a Buda, pero por fortuna todo salió bien, y nuestro guía sonrió aplaudiendo orgulloso.
Llegamos a la cueva Huyen Khon, previo paso de un pórtico bellísimo, encontrando en la primera planta un altar dedicado a Lady Buda, dando después de una curva y una escala a uno de los lugares más lindos que me ha tocado ver.
El Templo situado el el subterráneo es un lugar bellísimo, se ingresa a él por una escalera custodiada por soldados y dragones y sorprende con una luz de ensueño, que hace visibles los rayos del sol por efecto del incienso encendido en los altares.
Marble nos explica que la abertura que originalmente no tenía más de 60 centímetros fue ensanchada como consecuencia de una bomba gringa, la que permitió este espectáculo al colarse más rayos del sol de la mañana.
En su interior hay varios altares Budistas, incrustados en la roca y un templo dedicado a Confusio que se llevaba la luz más hermosa al recibir todos los rayos...
Después de estar ahí largo rato disfrutando de la tranquilidad del lugar, que a ratos permitía sentir total silencio y de sacar fotos como enajenadas, salimos con pocas ganas, para continuar el recorrido.
Bajando por el lado opuesto a la entrada llegamos a la Pagoda de Lingh Ung con una hermoso altar para Lady Buda.
Y el Templo de los más bonitos que nos tocó ver ...
Nos despedimos del sitio bajando la larga escalera, luego de saludar al Buda Gigante, agradeciendo nuestra vida y la fortuna de poder ver un sitio tan impresionante.
De regreso a la ciudad, pedimos a Marble que nos llevara a un buen sitio para comprar seda, explicándonos que las Silk Farm estaban cerradas por la proximidad de la Fiesta del Tet, por lo que lo único que nos podía recomendar era una tienda donde explicaban en el proceso y tenían buena ropa en confección y calidad.
Efectivamente una vez ahí nos explicaron el proceso, desde la crianza del gusano de la seda y su alimentación, luego el proceso (después de 7 a 12 días) de hervido para sacar de su boca el hilo de la seda.
Las chicas nos animaron a participar seleccionando gusanos y tirando las fibras, explicándonos el proceso posterior del teñido (sólo con tintes vegetales) del amarillo y blanco natural para obtener los más lindos colores.
Luego obviamente vino la parada obligatoria a la tienda, en la que no compramos seda, porque no confié mucho en la veracidad de las bufandas las que al tacto se sentían medias plásticas (ante la solicitud de acercar el encendedor a la orilla - como aprendí en India para reconocer verdadera seda- se negaron rotundamente ... no era que tuviera la intención de incendiarla, pero si era de verdad me hubiesen dejado hacerlo), aunque si nos aventuramos con algo de ropa de casa (manteles y sábanas de lino) hermosa, de calidad y barata.
Llegamos de regreso al Hotel y aprovechamos de pedir la lancha para ir al Mercado y a la ciudad antigua, dejándonos rauda después de contados 7 minutos de navegación por el río, permitiéndonos medir además su movimiento intenso.
Llegamos al embarcadero, donde se estaba empezando a disponer el Mercado de las Flores, bellísimo y lleno de colores.
Caminamos tranquilas en la ciudad funcionando a medio tiempo por la cercanía de la gran fiesta, pero que igualmente nos regalaba su ritmo pacífico y las bellas imágenes de su actividad habitual como la pesca y el comercio.
Pasamos a hacer algunas compras mayormente sandalias (lindas de bambú y género por 2 dólares!!) y ropa en Hot Chili (www.hotchilifashion.com), donde encontramos poleras y vestidos de un algodón de muy buena calidad y de lindos diseños además a buenos precios.
Paramos a comer en Cargo Bakery and Patiesserie, un lugar muy bonito y cosmopolita, caracterizado por sus piezas de pastelería tradicional, que además de ricas lucían como pequeñas piezas de arte, que disfrutamos después de la difícil elección junto con un Mango Lassi (qué rico es el Mango acá) en la terracita de la calle que además nos permitía no perdernos detalle de lo que allí pasaba.
Pasamos a pagar los 6 dólares que permiten visitar los lugares más importantes del pueblo antiguo y que sirven como entrada para ingresar a las casas tradicionales, donde las propias familias que las habitan hacen un recorrido explicando su historia.
Partimos por Tan Ky, que es una muestra del crisol de culturas que convivieron en la ciudad con ocasión del comercio, reuniendo elementos de la arquitectura japonesa, china y vietnamita, que la convierten además en la de las casas más lindas (además de intacta), no obstante sus doscientos años de existencia.
Nos recibieron brindándonos té, y contándonos la historia de la familia que ha permanecido en ella durante 7 generaciones, de los elementos de decoración como los maravillosos pilares de madera incrustados con nácar, los muebles de madera y las peripecias que tienen que hacer para ponerlos a salvo en cada subida del río vecino.
Recorrimos las habitaciones de la casa incluidos los dormitorios y el living, con sus respectivas galerías de fotos, ofreciéndonos la misma guía unas monedas representativas de los signos del Horóscopo Chino, para llevar prosperidad a nuestras familias.
Saliendo de ahí seguimos caminando por la calle principal notando que efectivamente la ahora turística arteria, fue en tiempos del esplendor del comercio fluvial en la zona, asiento de grandes almacenes y fábricas de jabón y velas, además de tiendas de te, cuyos edificios aún en pie, fueron transformados en cosmopolitas cafés, restaurantes y tiendas.
Llegamos a la siguiente casa Quan Thang, más o menos en la misma lógica de la anterior visita, nos recibe una persona, invitándonos a disfrutar de ella y explicando la historia de la familia.
En su interior tiene un patio muy bonito lleno de orquídeas, sirviendo por esa razón como locación para la fotografía de unos novios que posaban ante su exigente fotógrafo preocupado por avanzar antes que se fuera la luz.
Caminamos otro par de pasos y encontramos más movimiento pre Tet, y las motos cargadas de maceteros con mandarinos y pequeños arboles con flores que me tenían fascinada.
Llegamos a la Asamblea Cantonesa, un lugar de reunión para los Chinos que se asentaron en la ciudad y que además tiene varios templos y una fuente con dragones bellísima, que asegura la protección.
En los altares colgaban unos inciensos gigantes enrollados para asegurar las peticiones, que dicen que duran una semana encendidos.
Continuamos nuestro paseo y cruzamos nuevamente el bello Puente Japonés para trasladarnos a la otra porción de la ciudad.
Entramos a la tercera casa Phung Hung, que data desde 1700 y algo, en cuyo interior trabajan las mujeres de la familia, haciendo y vendiendo piezas de seda y artesanía (había una bata de levantarse con lotos pintada a mano bellisíma que después encontré en el aeropuerto de Ho Chi Minh por el doble del precio).
La casa construida sólo en madera, en dos pisos, además tiene un balcón lindísimo que permite la vista a todo cuanto pasa en la calle y en el puente japonés.
Con esta visita dimos por cerrado el paseo y nos devolvimos sólo curioseando por las tiendas y la orilla del río.
Antes de llegar al hotel paramos a comprar las lámparas de las cuales me declaro enamorada (hoy las miro en el techo de mi comedor a diario), las pequeñas por 2 dólares y la más grande pintada con Cherry Blossom y un Colibrí por 8 US. (Las entregan cerradas muy fáciles de armar).
Descansamos un momento en el Hotel y salimos de nuevo (aunque un poco tarde para el horario de los restaurantes), encontrando abierto sólo el restaurante Tam Tam, emplazado en lo que fue un antiguo depósito de te, donde disfrutamos de una pizza y de la atención dedicada del garzón quien nos dio varios tips de la ciudad, y pidió monedas chilenas para su colección, las que le entregué con gusto por su interés en nuestro lejano país.
Como cerraron pronto, cruzamos el puente a un área más animada, a un bar llamado For You, que en sus mesitas al lado del río ofrecía música y cerveza muy barata (1 dólar la cerveza Larue, bien malita pero qué más por un dólar?).
Saliendo de ahí y cansadas por lo agitada de la jornada, regresamos directo al hotel a recuperar la ropa de lavandería (muy pero muy barata) y a descansar para la siguiente jornada.
Hotel: Vinh Hung Resort & SpaTour: Marble Mountains - My SonGuía: Marble (Vinh Hung Resort & Spa)