Sin ánimo de ofender a nadie por sus creencias o religión, lógicamente nosotros también tenemos las nuestras, nos gustaría plantear una cosa. Si alguien conoce a Dios, Alá, Visnu o cualquier otra deidad que tenga “enchufe” en el cielo, por favor que nos eche una mano. No digo yo que seamos buenos, como todos tenemos nuestras cosillas, pero las cosas se hablan. No es normal tres días de agua en pleno julio y estas temperaturas donde hay que estar con forro polar. Por muchas vueltas que lo damos no parece serio. Aquí hay alguien mosqueado y nos gustaría saber quién es; hablarlo y buscar una solución, pero que nos deje disfrutar de estas jornadas. Tenemos una apuesta: El día que elijamos un país en la zona del Sáhara para unas vacaciones largas, en dos años ese país exporta fresas, lechugas o sandías del antiguo desierto, y en tres está exportando arroz, fijo!.
Ha estado toda la noche lloviendo y eso lo sabemos porque la habitación es abuhardillada y el sonido contra la ventana del tejado delata lo que sucede fuera.
A pesar del día salimos en dirección a Cesis, de esta manera alcanzaríamos la nacional P20 hasta Valmiera y desde allí continuar hasta Tartu. La carretera está acompañada en todo momento de una zona preciosa, que sin lluvia tiene que ser la ost….a.
Llegamos a Tartu ciudad universitaria por excelencia en Estonia, y lo cierto es que mantenemos el ritmo de la mala suerte, sigue lloviendo. Lo primero que buscamos es la oficina de turismo, donde pedimos el callejero y algo de información de la zona. Se encuentra en la Plaza del Ayuntamiento. También del museo de las celdas de la KGB que hemos leído que era una visita dura, pero recomendable.
PLAZA DEL AYUNTAMIENTO DE TARTU
PLAZA DEL AYUNTAMIENTO.TARTU
Al ver el panorama fuera decidimos acortar la ruta y olvidarnos de subir a la catedral y los restos del castillo. El casco viejo, visto desde la perspectiva de un paraguas, está bien. Con sol el paseo tiene que ser agradable. Recorremos las calles destacadas en el plano callejero pasando por la universidad, lo que hace realmente famosa a Tartu. Nos tomamos un café esperando, sin éxito, que escampara un poco.
Visitamos la iglesia de San Juan, entrada gratuita. Esta iglesia luterana de ladrillo rojo es única por las inusuales esculturas de terracota de sus nichos exteriores e interiores.
Vamos al río a recorrer un poco el paseo que hay junto a él. Desde aquí aprovechamos que pasamos junto a la plaza del Ayuntamiento y nos vamos hacia el coche aprovechando recorrer, en esta despedida, la última parte de la ciudad. Tiene que ser muy agradable si el tiempo acompaña, porque en el recorrido que hemos ido haciendo se ve una ciudad restaurada y merecedora de una parada y visitas tranquilas. Nosotros habíamos planteado subir a las ruinas de la catedral y la zona del castillo, pero con el día como está es preferible dejarlo y buscar otros puntos de interés.
EDIFICIO INCLINADO, TARTU
UNIVERSIDAD DE TARTU
Volvemos al coche para trasladarnos y visitar uno de los muchos atractivos que tiene la ciudad. El Museo de las celdas de la KGB, donde antiguamente estaba la sede de esta organización en Tartu. Como nos lo habían vendido bien, veníamos con unas premisas, pero no se han cumplido. La entrada son 4 €, lo que lo hace caro para lo que ofrecen. Para encontrarlo tenéis que ir a la calle Pepleri. Hay un edificio gris, bastante feo haciendo esquina, denominado originalmente “la casa gris”. Si os fijáis en la fachada podréis ver un cartel pequeño que indica que está allí. Cual cartel que anuncia en un portal un despacho de abogados. Después veréis unas escaleras que bajan dentro del mismo portal. Esas son las que dan acceso a la antigua cárcel de la KGB. Todo el recinto es real.
EDIFICO DONDE SE ENCUENTRA EL MUSEO DE LA KGB, TARTU
CARTEL DEL MUSEO. TARTU
ACCESO AL MUSEO DE LA KGB, TARTU
Se visitan 8 celdas, aunque hay un detalle que si te pone los pelos de punta, al menos a nosotros –no lo desvelamos por si queréis venir-. Lo cierto es que se van leyendo datos que te van dejando helado. Por ejemplo el hecho de que el 25 % de la población de Estonia muriera desde la Segunda Guerra Mundial hasta mitad de los ochenta. Imaginad eso en el censo de cualquier municipio. Y no por emigrar, sino por deportaciones, ejecuciones, asesinatos, etc. Hemos hecho algunas preguntas a la persona que atiende el Museo y muy amablemente nos ha contestado.
MENÚ DE LOS PRESOS. MUSEO KGB TARTU
SIMULACIÓN DEL CARCELERO, MUSEO KGB, TARTU
Hemos parado a comer en Mustvee sitio recomendable por calidad y precio, el Pirata. De primero una sopa rusa, buenísima, el precio sorprendente 2,5 €. El segundo un plato combinado 5€.
COMIDA EN EL RESTAURANTE “PIRATA”. MUSTVEE
Desistimos de pasear por el motivo que nos ha traído al lago Peipsi, la guía nos dice que es el quinto más grande de Europa. Lo cierto es que parece el mar ya que no se ve la otra orilla. Eso sí nos ha chocado.
LAGO PEIPSI, ESTONIA
ORILLA DEL LAGO PEIPSI
Después de tan buen momento programamos de nuevo la ruta, pero con un cambio. Pensábamos dormir en Rakvere si no llegamos muy tarde el planning será llegar a Tallín y desde allí organizar la excursión al Parque Nacional de Lahemaa y al casco histórico de la propia ciudad. Eso significa que buscando donde dormir esta noche sólo nos moveríamos una vez para recorrer esta zona.
El viaje hasta Tallín no tiene misterio. La carretera es de doble vía y el viaje se hace muy cómodo. Lo primero al llegar es buscar un camping para alojarnos en Bungaló. Lo intentamos en el Tallin Camping, el sitio no tiene desperdicio. Está en un polígono industrial de naves nido, sorprende mucho la verdad. Sólo ofrecen estacionamiento para autocaravanas, caravanas y tienda de campaña. Hoy no es día de montar tienda, así que preguntamos y nos dicen que en Pirita hay otro. Ponemos rumbo a él, pero este sólo ofrece alojamiento para autocaravanas. Junto al camping hay un hotel, preguntamos y no nos merece la pena. Hasta ahora movernos no ha sido muy difícil porque nos hemos traído un callejero que facilita mucho el llegar a destino. A partir de este momento empieza la búsqueda de un lugar donde dormir en la zona más próxima al centro. Miramos varios y ponemos el punto de mira en Gidic Backpackers que ofrece parking. Después de callejear un poco damos con él, pero está cerrado. Seguimos nuestra búsqueda, esta vez en la zona centro. Con el callejero buscamos los puntos que nos indican como hostels. Nos cuesta encontrar la ubicación o la indicación de dos, de hecho ni los vemos. Pero el tercero, el Zinc Hostel está donde nos indica el plano. Está en pleno casco histórico a 250 metros de la Plaza del Ayuntamiento. Preguntamos si tienen sitio y la respuesta es afirmativa, lo siguiente es saber el precio 30 € y por último verla. Esa parte de la ecuación cuadra. Ahora toca otra: WIFI?, sin pega. Parking? Uy,uy,uy! Ahí las dao’. No tienen. Nos muestra donde hay un parking cercano que cobra 8 € 24 horas. Lo normal en esta zona son 20 € el mismo tiempo. Los parquímetros normales, zona O.R.A., próximos al casco viejo funcionan 24 horas.
Con todo organizado, ubicados en un alojamiento muy correcto, el coche aparcado y ganas de relajarnos un poco después de este rato de tensión y búsqueda, comenzamos una primera toma de contacto con la ciudad.
CALLE VIRU, TALLIN
CALLE VÄIKE-KARJA, TALLIN
PLAZA DEL AYUNTAMIENTO, TALLÍN
Damos un paseo tranquilos e intuimos que será la más turística de las tres. Se ve mucha gente caminando y disfrutando de la ciudad. La cena de hoy la hacemos en el Hostel aprovechándonos de la cocina y las instalaciones que tiene. Podemos disfrutar del mundial de fútbol en pantalla enorme. A parte tienen a disposición de los clientes: DVD con una buena oferta de películas, X-box y otra serie de cosas que tienen que hacer la estancia mucho más cómoda si te acompañan días como los que nos vamos encontrando nosotros.
Con esto, nos vamos a descansar y coger fuerzas para mañana.