Estos dias he estado en modo de ahorro de energia volitiva, ni siquiera termine (casi ni empecé) de ver las innumerables películas que me baje, solo vagué por internet... Ah si, nada mas lindo que partir sin brújula por la blogesfera, y para rendirle un inapropiado culto a una mente que no puede estar sin pensar ni dos minutos un simultáneo viaje al mundo del metal por You Tube. ¿Mi límite? Probablemente la RAM de mi computadora, que seguramente tenderá a explotar y enlentecerse cuando mi navegador muestre por lo menos unas doscientas pestañas abiertas... ¡Pero es un disfrute! Nada de absurdas censuras de la mente, simplemente entrar paginas tras paginas hasta que no te acuerdes ni de donde vienes. Leer blogs favoritos, escuchar temas nuevos, pero sobretodo volar un rato. Y que el aire del amanecer me llame a tierra con una suave caricia en el hombro, brisa que anuncia la llegada de la conocida hora fria precede al alba.
Y necesito volar créanme, me esta matando esta bi-potencialidad, digo (y con esto fallo a mi intento de establecer la negacion hasta enero): esta posibilidad latente de haber perdido o de haber salvado y no tener la minima idea. Puedo ser en este momento un flamante estudiante de quinto, o tener que ir a la segunda chance de febrero y la verdad no tengo claro cual será mi destino. Pero como he aprendido bien por cierto libro: los propios personajes del cuento no suelen conocer como termina:
—A mí no me gusta nada de aquí: piedra y viento, hueso y aliento. Tierra, agua, aire, todo parece maldito. Pero es el camino que nos fue trazado
—Sí, es verdad —dijo Sam—. Y de haber sabido más antes de partir, .no estaríamos ahora aquí seguramente. Aunque me imagino que así ocurre a menudo. Las hazañas de que hablan las antiguas leyendas y canciones, señor Frodo: las aventuras, como yo las llamaba. Yo pensaba que los personajes maravillosos de las leyendas salían en busca de aventuras porque querían tenerlas, y les parecían excitantes, y en cambio, la vida era un tanto aburrida: una especie de juego, por así decir. Pero con las historias que importaban de veras, o con esas que uno guarda en la memoria, no ocurría lo mismo. Se diría que los protagonistas se encontraban de pronto en medio de una aventura, y que casi siempre ya tenían los caminos trazados, corno dice usted. Supongo que también ellos, corno nosotros tuvieron muchas veces la posibilidad de volverse atrás, sólo que no la aprovecharon. Quizá, pues si la aprovecharan tampoco lo sabríamos, porque nadie se acordaría de ellos. Porque sólo se habla de los que continuaron hasta el fin... y no siempre terminan bien, observe usted; al menos no de modo que la gente de la historia, y no la gente de fuera, llama terminar bien. Usted sabe qué quiero decir, volver a casa, y encontrar todo en orden, aunque no exactamente igual que antes... corno el viejo señor Bilbo. Pero no son ésas las historias que uno prefiere escuchar, ¡aunque sea las que uno prefiere vivir! Me gustaría saber en qué clase de historia habremos caído.
Hoy sueño con la idea de tener un futuro en el cual pueda ver esto como una simple historia del pasado. Un momento de bajón. Como desearia poder reirme de este momento en su propia cara. Sin embargo el futuro inmediato
Vivo entre dos ideas como dije, por un lado salve y todo es luz, y por el otro perdi y sigo luchando. Predomina la idea de oscuridad pero admito que aun existe en mi, de a ratos, la otra idea. Pues solo desespera quien ve el final más alla de toda esperanza.
Saludo amigos!!!