No sabemos quién ha hablado con los dioses o nos ha hecho la gestión de parar la lluvia, pero gracias. Hoy, ¡por fin!, vuelve el sol. Es decir, aunque no nos quitamos el forro, podremos disfrutar de la ciudad sin tener que llevar el paraguas.
Planificamos nuestra visita a la que dicen ser “capital” del Báltico empezando por la parte más alejada del casco histórico. Ese lugar es Kadriorg, una gran zona verde donde destaca el Parque con el mismo nombre. El parque y el palacio que hay en él fueron encargados por el zar ruso Pedro el Grande para su esposa Catalina I. Ahora es el Palacio Presidencial. Este entorno es un lugar que invita al desahogo y el relax. A parte se sitúan varios edificios destacados de la ciudad: El Museo de Arte, la Casa de Pedro I, el museo Mikkel, etc.
PALACIO PRESIDENCIAL EN KADRIOR, TALLIN
MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO
Recorremos una parte del parque y nos encontramos con unos carteles que nos señalan un jardín japonés al que acudimos para visitar. Desde luego el entorno merece mucho la pena.
PALACIO DE CATALINA I. LARDINES DE KADRIOR, TALLIN
PALACIO DE CATALINA I. JARDINES DE KADRIOR, TALLIN
Nuestro destino ahora es la zona del puerto. Queremos acercarnos a alguna de las terminales de los ferrys. Vemos muchos barcos de pasajeros así que entendemos que vienen muchos cruceros y desde luego esos barcos llaman la atención. Como nos pilla de camino hacia la parte histórica nos desviamos a verlo. No merece mucho la pena porque se ven muy lejos y no permiten el acceso al muelle de embarque –nosotros hemos ido a la terminal D, quizá desde otras la cosa cambie-.
Desde aquí nos dirigimos a la parte norte de la ciudad donde podemos ver La gran Puerta de la Costa –Tallin está repleta de museos de todo tipo, así que esos no los indicaremos-. De esta zona norte visitamos la iglesia de San Olav. Entre 1549 y 1625 fue el edifico más alto del mundo, aunque un rayo alcanzó su campanario de 159 mtrs y lo dañó, ahora mide 124 mtrs. La torre es visitable -2 €-. Merece mucho la pena subir, la iglesia no tanto –entrada gratuíta-.
MIRADOR DESDE LA TORRE DE SAN OLAV, TALLIN
VISTAS SOBRE EL BARRIO DE TOOMPEDA, TALLIN
VISTAS SOBRE EL CASCO ANTIGUO DE TALLIN
En nuestro camino hacia el centro pasamos por delante de la oficina central de la antigua KGB, en su día se tapiaron las ventanas y sótanos para que no se oyeran los gritos de los que sufrían dentro. Este trayecto lo hacemos para ir a desayunar al mismo lugar donde ayer tomamos un café, llamado Regal Café, en la Calle Vene. Buena calidad-precio. Después de coger fuerzas volvemos a la zona norte.
CASCO HISTÓRICO DE TALLÍN
CASCO HISTÓRICO DE TALLIN
En esta ocasión seguimos hacia la muralla baja de la gran ciudad, donde vemos una representación para turistas, suponemos será una visita interpretada. Subir en este sector de la ciudad a la muralla 1,5 €.
Desde aquí continuamos hacia el barrio de Toompeda para ver: La torre de la puerta del Tramo Largo, Torre de la Puerta del Tramo Corto, el patio del Rey Danés, etc. Por supuesto los miradores y la iglesia que más nos llama la atención, por dentro y fuera: La Catedral de San Alejandro –ortodoxa-. Frente a ésta se encuentra el Parlamento.
CATEDRAL DE ALEXANDER NEVSKY (SAN ALEJANDRO), TALLIN
FACHADA DE LA CATEDRAL DE ALEXANDER NEVSKY (SAN ALEJANDRO), TALLIN
CARTEL EN TALLÍN
Bajamos de nuevo hacia la denominada Ciudad Vieja. Buscando el extremo sur desde la Plaza de la Libertad. Por las horas es momento de comer así que seguimos los consejos de la Lonely y de otros viajeros. Buscamos el Aed en la calle Rataskaevu,8. Hoy merece un homenaje ya que con esta capital cerramos el punto más distante hacia el norte que nosotros teníamos como meta pudiendo llegar con nuestros propios medios, en coche. En el año 2005 estuvimos en las Islas Loffoten en Noruega y después de ese viaje, con Tallín se acaban los extremos más alejados a los que nosotros podemos llegar. Así que toca celebrarlo. Los platos están muy bien –hemos probado una degustación de quesos estonios, pescado y cordero con receta local, un postre de chocolate negro y café- el lugar y la atención son muy buenos. Sales sin nada de hambre. El precio son casi 50 €, pero no duele pagarlos.
CASCO HISTÓRICO DE TALLIN
Después de este momentazo, toca siesta. El tener el alojamiento tan sumamente cerca ofrece ventajas que no se deben desaprovechar.
Por la tarde buscamos la manera de llegar al Museo de los Barcos de la Armada Estonia. Está un poco alejado del centro, pero se puede ir perfectamente andando, además, de esta manera se puede disfrutar de una zona repleta de casas de madera típicas de estos países. Es muy curioso. Hablamos de las calles: Soo, Vaka-Kalamaja, Kuti y esa zona.
CASA DE MADERA EN LA CALLE ODA, TALLIN
Llegados al museo no entramos en el pabellón y nos vamos directamente hacia la zona de exposición, donde podemos encontrar fuera del agua, pero completos, varios buques de combate y una patrullera de la armada. Seguimos la visita hacia el rompehielos que tienen de 1919 donde cobran 5 € por entrar. Si no fuera tan tarde, 18:00, subiríamos –el museo cierra a las 19:00-. Seguimos para visitar un dragaminas el Salev que está completo. Parece que se fuera a marchar según te bajas del barco. Este es muy sorprendente. Hay otros buques, pero no permiten el acceso.
PUESTO DE MANDO DEL DRAGAMINAS “SALEV”, TALLIN
BUQUE MUSEO, TALLIN
Después, a un cuarto de hora de cerrar, nos acercamos al hangar del museo. Ya no se permite la entrada, normal, pero nos dejan ver la recepción y curiosear un poco. Dentro tienen expuesto uno de los pocos U-Boat que se conservan completos de la II Guerra Mundial. Si os interesa este tema de barcos o historia, tenéis un buen sitio para visitar.
SALA DE EXPOSICIONES DEL MUSEO, TALLIN
Fuera tienen un solar donde hay aparcados varios camiones militares. En esta zona explican la importancia de este tipo de vehículos en el ejército.
Volvemos a la Plaza del Ayuntamiento para terminar de recorrer lo que nos queda. La casa de las Espinillas. Estas eran jóvenes sin desposar que heredaron su nombre no por problemas de piel sino de su patrón, San Mauricio, un legendario soldado romano de origen africano cuya imagen aparece entre dos leones. En la puerta nosotros leemos que es la casa de los cabezas negras. Las casas de los diferentes gremios y la zona de la iglesia del Espíritu Santo, donde está ubicado el reloj más antiguo de Tallin, fabricado en 1684.
Finalizado un gran paseo para disfrutar de esta ciudad llegamos de nuevo a la plaza del Ayuntamiento. La primera del mundo que puso un abeto al acercarse la Navidad.
PLAZA DEL AYUNTAMIENTO, TALLIN
INTERIOR DEL RESTAURANTE. DRAAKON, TALLIN
ILUMINACIÓN DEL DRAAKON, TALLIN
Pero lo destacado de este lugar, aparte de su amplitud, la vida que la recorre, las terrazas y demás, es el bar-restaurante que hay en los bajos del edifico del Ayuntamiento, el Draakon. No os perdáis el poder disfrutar de una sopa, una pinta de cerveza y alguna de las empanadillas de diferentes sabores que ofrece. Como Mastercard, no tiene precio.