La semana pasada os contaba lo mucho que disfruté conociendo Peñíscola. La mañana fue muy intensa y después de la caminata nos ganamos la guinda del pastel: la comida.
Peñíscola disfruta de una huerta y unos productos de la marexcelentes. Todo el municipio está rodeado de huertas de mandarinasy alcachofas (y seguro que algún cultivo más que no reconozco, jejeje) y tiene un buen puerto pesquero.
En la Wikipedia ya nos cuentan que "en la cocina peñiscolana destacan los all i pebre de rape o pulpitos (polpet), el suquet de pescado o remescló, la paelleta, así como los mariscos, dátiles de mar, caracoles (caragol punxent), mejillones, cigalas, etc. Los diferentes arroces en sus variedades marineras, el arrosejat o arroz a banda, la paella y la fideuá, también son parte fundamental de la dieta de estas tierras. Como plato típico de cocido local cuenta con la olleta"
En la web del Ayuntamiento también hablan de otras joyas gastronómicas como los espárragos trigueros, las cebollas, las berenjenas y las habas.
Sus “pastissets de carabassa” y sus “flaons de Peñíscola” son un bocado dulce que no dejarán indiferente.
Y no nos podemos olvidar de la tisana del Papa Luna, que seguramente contribuyó a la buena salud y avanzada edad de Benedicto XIII.
Yo tengo que reconocer que soy una crítica feroz con la restauración. Por una parte, el haber trabajado como camarera me hace ser muy comprensiva con el servicio de los y las camareras. Pero, al cocinar tanto, me cuesta mucho encontrar restaurantes donde salga plenamente satisfecha. A la mayoría de los sitios les encuentro una (¡ o varias!) pega.
Así que debo decir que la propuesta de "Mandarina Club" para nuestra comida me sorprendió gratamente. Por una parte, "Mandarina" parte con una gran ventaja y es que está frente a la playa y con las vistas que tiene una ya va predispuesta a comer bien.
Y tan agusto estábamos charlando, riéndonos y compartiendo confidencias que casi nos saltamos la comida. ¡Menudo error!
(Antes del bombón tomamos un sorbete de mojito riquísimo).
Si tengo que elegir, me quedaría con el pulpo; el parmentierde wasabi me pareció espectacular.
Después de todo lo que os he contado, solo puedo concluir que me habría quedado a vivir allí. Si la visita a Peñíscola es totalmente recomendable, acercarse a "Mandarina Club" no se queda atrás. Podréis disfrutar de una comida muy original preparada con ingredientes locales. Su carta incluye ensaladas, hamburguesas, comida japonesa y unos platos muy interesantes de cocina mediterránea fusión japonesa.