Antes que nada decir que ha muerto uno de los personajes contemporáneos que más he admirado: Nelson Mandela. Uno de los poquísimos personajes del siglo XX que me hubiese gustado conocer personalmente y pasar un rato charlando con él.
Después de 27 años de dura prisión, los primeros en trabajos forzados, lo natural y fácil hubiese sido acabar el apartheid con un baño de sangre, con más razón todavía cuando su esposa Winnie estaba tan por la labor que ejecutó a más de uno. Sin embargo Mandela mantuvo siempre sus convicciones que no incluían la venganza. Es una lástima tener que mezclar su memoria con la mierda española que viene a continuación.
Hoy, 6 de Diciembre es el día de la Constitución, pero si los políticos fuesen honestos lo llamaríamos el día de la Corrupción.
Los griegos no tienen el gracejo de los andaluces pero se acercan, y a la plaza Syntagma, en el centro de Atenas, donde está el Parlamento heleno y ahora se celebran las manifestaciones más importantes, que en inglés es Constitution Square, la llaman la Prostitution Square. Creo que los españoles tenemos razones más que sobradas para aplicar el mismo juego de palabras al 6 de Diciembre.
Mariano Rajoy publicó ayer un video en la web de la Moncloa con un discurso sobre la Constitución que tenía los contenidos típicos de todos los discursos de nuestro querido Presidente: mentiras y chorradas.
Mentiras porque dijo que en 1978 todos los partidos y los ciudadanos de España aprobaron sumamente ilusionados nuestra Constitución, y una vez más olvida, a pesar que lo sabe muy bien, que Alianza Popular, como se llamaba entonces el PP, hizo campaña por la abstención y el no.
Chorradas porque también dijo que la Constitución garantiza las libertades de los españoles, cuando no han transcurrido ni quince días de la aparición de la Ley de Seguridad Ciudadana que se carga vía sanciones buena parte de dichas libertades. También quiso justificar su negativa a modificar la Constitución, ocultando por supuesto que la única justificación para el PP es que ahora que controlan los Altos Tribunales y han dado con el sistema para reinstaurar el franquismo usando su particular y cambiante versión de la Constitución es mejor dejarlo todo como está. Recuerdo perfectamente, y quizás los que tenéis mi edad también os acordéis, que a los pocos días de aprobarse la Constitución uno de sus Padres: Miquel Roca Junyent, sin dar detalles ni explicaciones adicionales, afirmó que se había conseguido la mejor Constitución posible en aquel momento y que en futuras modificaciones se iría perfeccionando, en clara alusión a que se habían limitado a lo permitido por los poderes facticos franquistas y que ese texto inicial de la Constitución requería posterior desarrollo y modificación. No es pues extraño que sean los franquistas los que quieran ahora transformar el sistema en dictadura constitucional.
Rajoy dijo también que el tiempo transcurrido desde que se aprobó la Constitución ha sido el periodo en el que el país más ha avanzado en todos los aspectos, y podría estar de acuerdo con él hasta el año 2000, pero en cuanto el PP ganó las primeras elecciones por mayoría absoluta con José Mª Aznar, empezó a corromperse el sistema, eso sí, con la colaboración activa o pasiva de otros partidos. Y hoy día pueden hacer lo que quieran con la Constitución, porque lo que ellos digan que dice la Ley Fundamental coincidirá exactamente con la opinión del Tribunal Constitucional o cualquier otro Alto Tribunal.
Da toda la impresión de que después de apoderarse del Poder Judicial, el PP quiere aplicar el mismo método al Ministerio de Hacienda. Después del cese de Beatriz Viana antigua directora de la Agencia Tributaria por atreverse con Cemex, cliente del bufete fiscal que montó el Sr. Montero entre los dos períodos de su ministerio, y la posterior sucesión de ceses y dimisiones, dan a entender que se está desarrollando una batalla entre los inspectores y técnicos de Hacienda que pretenden hacer su trabajo y los que ya han entendido que quien no quiera tener problemas debe obedecer, aunque las ordenes sean vomitivas.
Los manejos del PP podrían llevar a Pilar Valiente de nuevo a primera fila del Ministerio de Hacienda en otra clarísima demostración de que el PP no solo no se opone a la corrupción sino que es lo suyo.
Para los que no os acordáis, la Sra. Valiente fue de las primeras en usar información falsa a la que se da apariencia de datos confidenciales de Hacienda para difamar a enemigos políticos, cuando después de ser nombrada a dedo por Montoro-Aznar como directora de la Oficina Nacional de Inspección acusó a Felipe González de haber concedido amnistías fiscales a sus amiguetes por 200.000 millones de pesetas, con un método que después ha sido utilizado otras veces por el PP, en algunos casos como con las cuentas suizas de Artur Mas con éxito. A los pocos meses de haber demostrado su talante con esas denuncias, y a pesar de ello, fue nombrada para presidir nada menos que la Comisión Nacional del Mercado de Valores en el fatídico año 2000, presidencia en que duró poco más de un año, hasta que fue obligada a dimitir porque era evidente que había colaborado, hasta el extremo de informarles sobre las inspecciones que realizaba la CNMV, con los estafadores de Gescartera, sociedad que colapsó después de que se esfumaran 120 millones de €. Por supuesto que en un país serio y civilizado habría tenido que enfrentar muy serias responsabilidades e incluso es probable que hubiese tenido que pasar una temporada en la cárcel. En España, después de estas dos demostraciones de lo que es corrupción pura y dura, esta señora se dedicó normalmente a su trabajo como inspectora de Hacienda, hasta que sus queridos amiguetes del PP han vuelto al gobierno y la han nombrado segunda de a bordo de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude. Mentiras y corrupción son desgraciadamente métodos corrientes para la mayoría de los partidos políticos de este país, pero el PP se lleva el primer puesto en el cuadro del deshonor.