Hoy la Maestra-Jedi ha vuelto a darme otra lección. Casi sin palabras, casi sin tener que decir mucho. Sólo siendo como es ella. En ocasiones he intentado explicar lo que esto significa, pero siempre me parece poco, siempre me quedo corto.
Siento que esta sea otra entrada egoísta más. Pero como comentaba estos días, estos post son los que hacen que éste sea realmente un blog personal. No sabía si publicarlo, pero sí que tenía que escribirlo, tragármelo, y digerirlo. En el fondo, muchos de los temas que escribo y muchas de las cosas que hago, son por y para la Maestra-Jedi. Ella es la motivación, y el espejo, la madre de los padawanes y el centro de mi todo. Tengo que mejorar por mí mismo y por mis hijos, pero ella es el motor para cambiar, para seguir aprendiendo a ser un buen hombre, para no ser más la tormenta y el trueno. Y mientras yo pongo los nubarrones, demasiadas veces ya, ella pone el arcoiris. Ella es nuestro arcoiris.
Hoy es el Día de la Madre. Pero todos los días son de "perdóname, Tesoro", "gracias, Tesoro", y "te quiero, Tesoro", en la Academia-Jedi.
¡Que la Fuerza os acompañe!
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