DÍA DE LA MUJER (y II)

Publicado el 08 marzo 2014 por Mbbp

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Ni que decir tiene que el día de la mujer, para bien o para mal, es cualquier día del año. Pero, como todo en la vida, con sus luces y sus sombras. Por ello hay mujeres que aportan su talento y energía para potenciar los valores femeninos -y, repito, no exclusivos ni excluyentes- en la sociedad y así cambiar el mundo. Mientras otras abandonan su talento y valores femeninos para adentrarse y competir y/o aprovecharse de los hombres en este mundo nuestro, machista donde los haya. Ambas son mujeres, pero enfocan su feminididad de diferente manera. Es el trasnochado feminismo de la igualdad contra el conveniente feminismo de la diferenciación, pues ésta precisamente es la gran riqueza del ser humano, donde los valores de ambos se complementan y enriquecen mutuamente para hacer un mundo más equilibrado, mi masculino ni femenino, sino simplemente humano…

Si un día alcanzáramos esa equiparación de derechos y deberes basados en la diferenciación entre lo femenino y lo masculino el mundo cambiaría de verdad. Y sería un cambio real y no una simple y crónica confrontación de géneros, como lo ha sido hasta ahora. Pero, como suele pasar, ¿qué pasaría con la lucrativa lucha de sexos, con los intereses creados -muchas veces auspiciados por las propias mujeres, como víctimas- alrededor de la mal llamada protección de las mujeres desprotegidas, ninguneadas e ignoradas? ¿De qué vivirían las abogadas especializadas en derechos de la mujer, las instituciones para su apoyo y defensa, los institutos de la mujer, las asociaciones especializadas en el maltrato de género (hoy en día llamado machista, directamente) o los departamentos gubernamentales cuyo objetivo es presuntamente lograr la equiparación? Sin duda, pienso que nuestro mundo vive y alienta la desigualdad, la injusticia y la existencia de culpables y víctimas en el ámbito que sea. Y el de la mujer es un claro ejemplo de ello…

Mujer u hombre, ambos somos personas singulares e irrepetibles, que debemos asumir el compromismo personal e intransferible de hacernos respetar, comprender y amar, siendo diferentes y en todos los ámbitos de la vida. Y eso empieza por la educación y acaba durante toda la vida, en el día a día. Si ambos -hombre y mujer- aportamos lo mejor de nosotros mismos a este mundo, lograremos cambiarlo y hacerlo más humano, tolerante y, a la vez, diverso y rico. Si seguimos celebrando cada año el Día de la Mujer como hoy o instauramos el inexistente Día del Hombre, estaremos fomentando una vez más la desigualdad y alentando la diferenciación, irreconciliable. Lo contrario de la necesaria integración de los opuestos, su complementariedad y su colaboración necesaria para unificar valores e implementarlos en un nuevo mundo, más rico, por lo humano!