Día de publicación reto Tía Alia [recetas de febrero]

Por Recetasdetiaalia

Con la lengua fuera llego hoy y con el tiempo justito de saludar, dejar mis propuestas del reto de febrero y presentaros a los valientes participantes de este mes.
Cuando fijé la fecha para el día de publicación no fui consciente de que hoy empiezan mis exámenes de evaluación y que mi tiempo debía ser invertido en ellos, que no en el blog. El caso es que posiblemente lo hayáis notado, si no esto en concreto si que algo extraño ocurre en este rinconcito, porque la semana pasada no asomé el morro ni para saludar.
A pesar de mis buenas intenciones y de considerarme una persona organizada, la semana pasada me comieron las responsabilidades y tuve que abandonar el chiringuito en su favor.
Como la cosa es provisional y no hay épocas de examen que duren eternamente, en un par de semanas estaré dando guerra de nuevo.
Mientras tanto, y antes de pasar a contaros mis aventuras con las recetas del reto de febrero, os adelanto que el reto, en el mes de marzo, se muda de blog. Nuevamente. Si hace un par de meses paseó su palmito por Cocido de sopa, este próximo mes es La cajita de nieveselena quien le da cobijo. O más bien "quienes" porque las dos rubias más dispuestas de la blogosfera están dispuestas a acogerle con los brazos abiertos.
Con esto os digo que el próximo lunes, 3 de marzo, las propuestas del reto serán publicadas en La cajita de nieveselena. Yo publicaré un recordatorio para los despistados (que siempre los hay, jeje) y que a nadie se le pase la oportunidad de participar.
Y dicho todo esto, vayamos al tajo. Porque eso es lo que me ha supuesto el reto de este mes...un auténtico tajo.
La receta salada se veía trabajosa pero de las que, tratada con cariño y respeto, se podía conseguir a la primera.
Y así fue.
Los huevos saturados de los que dimos cuenta hace un par de semanas nos encantaron y salieron riquísimos. Sin embargo lo que no me convenció fue el material que salio de la sesión fotográfica. O yo no andaba inspirada ese día o es que los pobres no son especialmente fotogénicos. Si hubiera tenido tiempo los habría repetido, mi familia me lo habría agradecido profundamente y yo, posiblemente, habría quedado más satisfecha con las imágenes. Pero como no ha sido el caso, pues vamos con lo que hay.

Para elaborarlos me decanté por utilizar huevos de codorniz. Al ser más pequeños, la manipulación de los mismos resulta más sencilla y el riesgo de rotura y desastre queda reducido considerablemente.
Una vez fritos los huevos, los coloqué sobre unos discos de bechamel espesita (no tanto como para croquetas) que dibujé sobre papel sulfurizado, los cubrí con más bechamel y dejé que reposaran en la nevera durante un par de horas antes de pasarlos por huevo, pan rallado, huevo y pan rallado. Doble empanado para que no se saliera la bechamel que, por su consistencia, amenazaba con jugármela.
Rematé la faena friéndolos en aceite caliente de uno en uno, sin dar la vuelta y vertiendo aceite caliente por la superficie con ayuda de la espumadera para que se doraran por igual.
Como son pequeños, aunque aumentan de tamaño con el "encapotado", serví dos por comensal acompañados de una ensalada. Pero si hay niños pequeños en vuestras casas o niños muy grandes, podéis reducir la cantidad a uno o aumentarla a tres. A vuestro gusto.
Tras los huevos saturados dimos buena cuenta de unas tartaletas de crema de naranja coronadas con gajos de naranja caramelizada según dicta la receta de Tía Alia.
La elaboración de las tartaletas llegará en otra entrada. Hoy, como os he contado al principio de esta entrada, las prisas no me dejan dedicarle a esta preciosidad el tiempo que merecen.

Nuevamente tengo que dar las gracias a Naranjas Valencianas Bea por la materia prima tan extraordinaria que me hizo llegar a la puerta de casa, directa del árbol y recolectada el día anterior a su entrega. Dudo que el resultado hubiera sido tan bueno de haber utilizado otro tipo de naranja. Palabrita :)
Para caramelizar tres naranjas, que es la cantidad que necesité para cuatro tartaletas, preparé un almíbar con 75 ml de agua, 75 ml de azúcar, media rama de canela y 2 cucharadas de coñac. Esperé a que redujera bastante (unos 15-20 minutos a fuego suave) pero evitando que oscureciera. Alcanzado el punto de espesor que buscaba, pegajoso, utilicé una brocha para pincelar los gajos de naranja al vivo que adornan la superficie de las tartaletas.
Con estas explicaciones tan escuetas me despido por hoy, pero no me voy sin dejaros la lista de participantes que, este mes, han sido poco golosos y se han sentido más inspirados por la receta salada que tenía su complicación. Y es que...a valientes no les gana nadie ¿verdad?
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Muchas gracias a todos por vuestras propuestas y por hacer este reto posible un mes más.
El próximo lunes 3 de marzo volvemos con las propuestas de marzo, en La cajita de nieveselena.
No lo olvidéis :)